El profesor deja el portátil sobre la mesa gris. Sobre ella se sitúa el ordenador que permite enviar los materiales a la pantalla, vive a su vez tapando una antigua pizarra color verde. En ella podrán verse los puntos sobre los que versa la clase de hoy. Han venido pocos alumnos…
Podía. No iba a intimidarlo ni el micrófono, ni los desconocidos que tenía enfrente. Ignoraba cómo iba a lograr que olvidasen por un momento sus problemas a base de reír, pero le pagaban para ello. No sabía que era gracioso y que no lo era. Era parte de la magia de su oficio. El fo…
Había buscado en muchas camas, besos y abrazos. Pero no era una mujer fácil. Era especial. Habitaba como podía la ciudad difícil. No iba con ella la palabra "hipocresía". Quizás por ello, más de una vez le dieron la espalda. No ser falso en el día a día es como la honradez en l…
Mario Oretti creyó que había leído mal el periódico. Mejor dicho, deseaba haber leído mal el periódico. Aquellas caras y fotografías, aquellos gestos, recordaban demasiado a las viejas ideas que parecieron –y merecieron morir– en los campos de batalla de la vieja Europa. Había p…
Era un misterio tan antiguo como el vino. De piel salada y boca dulce. Fuerte como el mar que choca contra el acantilado creyendo que podrá derribarlo. Demasiado hermosa para un mundo tan frÍo. Sueña con ser ave y llegar muy lejos, huyendo de los cazadores. No era indiferente ante …
No era posible. Eran las mismas gentes, las mismas caras. Ambrosio seguía preocupado. Eran las mismas calles, los mismos olores. El mismo banco en el cual se sentaba y daba de comer a las palomas que por allí pasaban para conseguir algunas migajas. Miró hacia la catedral y observó con de…
Afuera viven las portadas obsesionadas con una Tercera Guerra Mundial. Fotografías de misiles sobrevolando todo tipo de escenarios geopolíticos. El fin de Occidente se deduce entre estos ríos macabros de tinta. La crisis económica de 2008 sigue pasando tarjeta de visita en forma de traba…
"¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!". Yo miro al Nazareno. Igual que Machado. Reconozco que algo se encoge dentro de mí. Tengo claro que no religioso, no es un tardío despertar de la llamada. Pero veo in…
En aquellos humildes escalones de piedra, Roberto Expósito había pasado su niñez. Fueron la calle perfecta donde sus soldados de plástico color verse desfilaban. Era su hora de ejercicio diaria antes de regresar a la enorme bolsa de plástico de mercadillo. Con el paso del tiempo…
El banco de madera color marrón con reposabrazos de metal gris fue colocado por el Ayuntamiento de Sevilla mirando hacia la nada. Entiéndase la nada, en este caso, como un muro de ladrillo naranja de reciente construcción. Esos mismos que habitan las grandes ciudades últimamente. Aquello…
Todo pierde su sentido racional. La lámpara se abre y se cierra como una flor delicada. El cuerpo, simplemente, fluye. Los colores bailan con los ojos cerrados al ritmo de canciones tribales y vikingas. Un frío viento acuna el cuerpo mecido en el colchón. Aunque el frío y el calor ya son…
Emilio Arrieta, de padre mexicano y madre afgana, se cagaba con fuerza en aquellos sujetos que, de manera tan alegre e inocente, afirmaban que la Guerra Fría finaliza cuando toca el suelo la última piedra de aquel Muro de Berlín en el frío noviembre de 1989. Arrieta miraba con …