Dudas e incertidumbre. Esas son las dos principales sensaciones que comparten varias bodegas y lagares del marco Montilla-Moriles, ante la próxima Cata del Vino que el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles anunció el pasado viernes en el Ayuntamiento de Córdoba y que, como avanzó Montilla Digital, se celebrará del 24 al 27 de abril en la Avenida del Alcázar de la capital cordobesa, entre el Puente de San Rafael y el Puente Romano, en las inmediaciones del Alcázar de los Reyes Cristianos.
Firmas tan destacadas como Bodegas Doblas, Lagar Los Raigones, Bodegas Robles o el colectivo VitiVinum –que representa a otros operadores de la zona Montilla-Moriles– coinciden en apuntar que "la última puesta en escena del pasado viernes" –en alusión al acto de presentación que tuvo lugar en Capitulares– "no ha hecho más que generar dudas y despertar la incertidumbre de una inmensa mayoría de bodegas y lagares que desconocen detalles básicos y fundamentales" sobre el principal evento de promoción que se desarrolla en la capital cordobesa.
"La falta de información a las bodegas que venimos participando en la Cata del Vino es una constante desde el principio", asegura Antonio Doblas, representante de Bodegas Doblas, una de las firmas más destacadas de Moriles, quien denuncia la "falta de consideración y de respeto" del Consejo Regulador hacia los "actores participantes" de este evento.
"No han contado con las bodegas para nada y no sabemos de dónde han salido esos acuerdos que se anunciaron ni quién los ha adoptado", lamenta el máximo responsable de Bodegas Doblas que, el pasado año, se inscribió en el grupo de trabajo que se formó en el seno del Consejo Regulador para estudiar el nuevo formato de la siguiente edición de la Cata del Vino.
"Tras la segunda reunión abandoné el grupo porque percibí que todas las decisiones que se adoptaban estaban previamente cocinadas y se dirigían hacia una dirección muy concreta, de la que no se nos había hecho partícipes", relata Antonio Doblas, quien añade que la última reunión de esta comisión de trabajo tuvo lugar el pasado mes de julio y, desde entonces, no se ha vuelto a facilitar información.
Por su parte, Francisco Robles, gerente de Bodegas Robles, explica que, hasta hace unos años, el máximo órgano de control de los vinos cordobeses se reunía con los operadores del marco para consensuar todos los detalles de la Cata concernientes a los horarios, el precio de los bonos, la ubicación de los expositores, los costes de organización o los plazos de abono y cuantía de las liquidaciones.
"De un tiempo a esta parte, da la sensación de que es un grupo muy exclusivo el que toma las decisiones que luego afectan al resto de bodegas y lagares que ni siquiera han tenido la oportunidad de dar su opinión", afirma Francisco Robles, quien insiste en que el organismo que preside Javier Martín ha anunciado la próxima edición del evento "sin contar para nada con las bodegas o con los lagares participantes".
En similares términos se expresa Santiago Jiménez, uno de los responsables del Lagar Los Raigones, quien asegura desconocer el "formato final" que tendrá la Cata del Vino 2025 en la Avenida del Alcázar. "El cambio de ubicación ahora mismo no es lo más importante, pero es lo único que han anunciado", subraya Jiménez, quien demanda más información sobre la organización de este evento y, también, sobre el papel que desempeñarán las firmas participantes.
El portavoz del Lagar Los Raigones hace hincapié en que "faltan solo dos meses para la celebración de este acontecimiento y no parece que todo esto esté preparado, cuando ha habido todo un año para hacerlo". A su vez, Jiménez insiste en demandar información sobre los aspectos económicos de esta cita con los vinos de Montilla-Moriles.
"A día de hoy no sabemos cuánto va a costar la nueva Cata, de dónde va a salir el presupuesto y, en caso de solicitarse subvenciones, quién las va a justificar después y en base a qué conceptos", cuestiona Santiago Jiménez, quien recuerda que "el Consejo Regulador está en quiebra técnica y ni siquiera es capaz de respondernos cuándo cobraremos lo que se nos adeuda de las ediciones de 2022 y 2023".
Por último, el portavoz del Colectivo VitiVinum, Cristóbal Luque, ha hecho hincapié en que "se ha anunciado la participación de un número de restaurantes pero desconocemos con cuántas bodegas cuenta el Consejo Regulador y, sobre todo, qué entidad u organismo se va a encargar de la recaudación", algo que considera "fundamental" para poder tomar decisiones "que afectan a las bodegas participantes", sobre todo "si tenemos en cuenta los antecedentes, con dos ediciones –las de 2022 y 2023– todavía pendientes de liquidar".
El portavoz del Colectivo VitiVinum se ha mostrado especialmente crítico con la dirección del Consejo Regulador que, a su juicio, "es especialista en hacer bonitos anuncios, promesas huecas y palabras vacías de contenido", por lo que reclama "una estructura nueva que trabaje de otra forma, con más rigor, con más transparencia y con una mayor unidad" para evitar una "sensación de incertidumbre" que, a su juicio, es "generalizada" en el sector.
Firmas tan destacadas como Bodegas Doblas, Lagar Los Raigones, Bodegas Robles o el colectivo VitiVinum –que representa a otros operadores de la zona Montilla-Moriles– coinciden en apuntar que "la última puesta en escena del pasado viernes" –en alusión al acto de presentación que tuvo lugar en Capitulares– "no ha hecho más que generar dudas y despertar la incertidumbre de una inmensa mayoría de bodegas y lagares que desconocen detalles básicos y fundamentales" sobre el principal evento de promoción que se desarrolla en la capital cordobesa.
"La falta de información a las bodegas que venimos participando en la Cata del Vino es una constante desde el principio", asegura Antonio Doblas, representante de Bodegas Doblas, una de las firmas más destacadas de Moriles, quien denuncia la "falta de consideración y de respeto" del Consejo Regulador hacia los "actores participantes" de este evento.
"No han contado con las bodegas para nada y no sabemos de dónde han salido esos acuerdos que se anunciaron ni quién los ha adoptado", lamenta el máximo responsable de Bodegas Doblas que, el pasado año, se inscribió en el grupo de trabajo que se formó en el seno del Consejo Regulador para estudiar el nuevo formato de la siguiente edición de la Cata del Vino.
"Tras la segunda reunión abandoné el grupo porque percibí que todas las decisiones que se adoptaban estaban previamente cocinadas y se dirigían hacia una dirección muy concreta, de la que no se nos había hecho partícipes", relata Antonio Doblas, quien añade que la última reunión de esta comisión de trabajo tuvo lugar el pasado mes de julio y, desde entonces, no se ha vuelto a facilitar información.
Por su parte, Francisco Robles, gerente de Bodegas Robles, explica que, hasta hace unos años, el máximo órgano de control de los vinos cordobeses se reunía con los operadores del marco para consensuar todos los detalles de la Cata concernientes a los horarios, el precio de los bonos, la ubicación de los expositores, los costes de organización o los plazos de abono y cuantía de las liquidaciones.
"De un tiempo a esta parte, da la sensación de que es un grupo muy exclusivo el que toma las decisiones que luego afectan al resto de bodegas y lagares que ni siquiera han tenido la oportunidad de dar su opinión", afirma Francisco Robles, quien insiste en que el organismo que preside Javier Martín ha anunciado la próxima edición del evento "sin contar para nada con las bodegas o con los lagares participantes".
En similares términos se expresa Santiago Jiménez, uno de los responsables del Lagar Los Raigones, quien asegura desconocer el "formato final" que tendrá la Cata del Vino 2025 en la Avenida del Alcázar. "El cambio de ubicación ahora mismo no es lo más importante, pero es lo único que han anunciado", subraya Jiménez, quien demanda más información sobre la organización de este evento y, también, sobre el papel que desempeñarán las firmas participantes.
El portavoz del Lagar Los Raigones hace hincapié en que "faltan solo dos meses para la celebración de este acontecimiento y no parece que todo esto esté preparado, cuando ha habido todo un año para hacerlo". A su vez, Jiménez insiste en demandar información sobre los aspectos económicos de esta cita con los vinos de Montilla-Moriles.
"A día de hoy no sabemos cuánto va a costar la nueva Cata, de dónde va a salir el presupuesto y, en caso de solicitarse subvenciones, quién las va a justificar después y en base a qué conceptos", cuestiona Santiago Jiménez, quien recuerda que "el Consejo Regulador está en quiebra técnica y ni siquiera es capaz de respondernos cuándo cobraremos lo que se nos adeuda de las ediciones de 2022 y 2023".
Por último, el portavoz del Colectivo VitiVinum, Cristóbal Luque, ha hecho hincapié en que "se ha anunciado la participación de un número de restaurantes pero desconocemos con cuántas bodegas cuenta el Consejo Regulador y, sobre todo, qué entidad u organismo se va a encargar de la recaudación", algo que considera "fundamental" para poder tomar decisiones "que afectan a las bodegas participantes", sobre todo "si tenemos en cuenta los antecedentes, con dos ediciones –las de 2022 y 2023– todavía pendientes de liquidar".
El portavoz del Colectivo VitiVinum se ha mostrado especialmente crítico con la dirección del Consejo Regulador que, a su juicio, "es especialista en hacer bonitos anuncios, promesas huecas y palabras vacías de contenido", por lo que reclama "una estructura nueva que trabaje de otra forma, con más rigor, con más transparencia y con una mayor unidad" para evitar una "sensación de incertidumbre" que, a su juicio, es "generalizada" en el sector.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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