El emblemático Patio de los Naranjos del Lagar de La Cañada, uno de los templos con los que la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles cuenta en la Sierra de Montilla, acogió al mediodía de ayer la Salutación al Vino Nuevo, un protocolario acto promovido por la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla que, este año, rindió especial tributo al Grupo Pérez Barquero, formado por cuatro bodegas del marco: Bodegas Pérez Barquero, Gracia Hermanos, Compañía Vinícola del Sur y Tomás García.
En esta ocasión, el simbólico acto que la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla hace coincidir con la festividad de los Santos Inocentes, estuvo oficiado por Gonzalo Córdoba Ruz, CEO del Grupo Pérez Barquero, y por su hermana Adela Córdoba Ruz, responsable de Marketing, quienes contaron con un presentador de excepción: su padre, Rafael Córdoba García, presidente del Grupo Pérez Barquero y alcalde de Montilla entre 1975 y 1979.
Tras dar la bienvenida a todos los asistentes al acto –entre los que se encontraba Carmen Calvo Poyato, presidenta del Consejo de Estado y Señora del Pago de la Cañada del Madroño–, el máximo responsable del Grupo Pérez Barquero repasó parte de su trayectoria vital, vinculada desde los 10 años de edad al mundo de la vid y el vino y, en especial, al Lagar de La Cañada, enclavado en la Zona de Calidad Superior de la DOP Montilla-Moriles, en el prestigioso Pago de Benavente Alto.
"Este mismo lagar, en tiempos de mi padre, era una almazara de aceite y aún conservamos, como elementos decorativos, el empiedro del antiguo molino y dos tinajitas de barro de las 65 que componían el mismo", rememoró Rafael Córdoba, quien destacó que de la primitiva bodega de conos que puso en marcha su padre han logrado pasar a unas modernas instalaciones con capacidad para albergar más de 2,1 millones de litros de vino.
Durante su brillante alocución, Rafael Córdoba volvió a demostrar ayer que sigue atesorando, a sus 83 años de edad, una capacidad prodigiosa para analizar la situación del sector del vino y para rememorar la "época dorada" del marco Montilla-Moriles –la década de los sesenta–, cuando la Sierra de Montilla albergaba más de cuarenta lagares en pleno funcionamiento dentro de su demarcación tradicional, entre el arroyo Benavente y el conocido por "Los Pueblas", que delimita el término municipal con Cabra.
"Eran fincas, con sus correspondientes caseros, en las que los respectivos propietarios pasábamos una larga temporada, desde junio hasta que terminaba la recolección de la uva que, por entonces, solía ser en octubre", comentó Rafael Córdoba, quien detalló que "había hasta una estudiantina o miniorquesta que animaba las veladas periódicas que solían celebrarse en los distintos lagares", además de dos capillas para la misa de los domingos: una junto al Lagar del Pozo y otra en La Inglesa.
Tras las correspondientes presentaciones, tomaron el relevo en el atril los hermanos Gonzalo (cofrade Albero) y Adela Córdoba (cofrade Floración), quienes coincidieron en dedicar unas palabras de reconocimiento a la trayectoria vital y profesional de su padre que, el pasado año, recibió el reconocimiento de la Fiesta de la Vendimia de Montilla durante el transcurso de un acto que tuvo lugar en el Patio de La Marquesina de Bodegas Pérez Barquero.
"La salutación es una oportunidad de manifestar mi aprecio, es decir, mi cariño y admiración por este maravilloso mundo, al que unos han llegado por vocación y otros por nacimiento, hasta formar una gran familia que vive para defenderlo", destacó Adela Córdoba quien, tras iniciarse en la vida laboral en Amadeus Madrid, en el departamento de Agencias de Viaje Multinacionales, trabajó durante dos años para Amadeus Londres con British Airways para, hace ya casi dos décadas, regresar a Montilla para integrarse en el Grupo Pérez Barquero, donde está al frente del Departamento de Marketing.
"El vino del Lagar de La Cañada es tan hijo como mis hermanos y yo de Rafael Córdoba: se desvive por él. Aquí, en la finca y Lagar de La Cañada, pago de Benavente Alto, cada vendimia encontraréis a nuestro padre en estado puro", confesó la menor de la saga Córdoba Ruz, quien resaltó de su progenitor su carácter "entusiasta, perfeccionista, apasionado, inteligente, con esa mezcla tan exitosa de la mejor actitud y muchas aptitudes y, lo mejor de todo, disfrutando".
Licenciada en Derecho –en la especialidad Jurídico-Comunitario– por la Universidad San Pablo CEU de Madrid y diplomada en Estudios Jurídicos y Económicos de la Unión Europea por la Universidad de La Sorbona de París, Adela Córdoba ofreció un detallado balance sobre las 163 hectáreas de viñedo con las que el Grupo Pérez Barquero cuenta en los mejores pagos de Calidad Superior de la zona Montilla-Moriles, como los lagares de Góngora y El Ciprés –en los que se cultiva la variedad Verdejo–, La Rentilla o, ya entre los términos municipales de Moriles, Lucena y Aguilar de la Frontera, La Hoja, sin olvidar Villa Adela y el Lagar de Tablada; La Casería de Cárdenas; El Cerro de Los Medinas; El Cerro del Gato; La Mambruna o los Llanos del Rincón.
Este exhaustivo recorrido por muchos de los pagos de la Zona de Calidad Superior del marco Montilla-Moriles permitió a la cofrade Floración repasar algunos de los vinos más emblemáticos del Grupo Pérez Barquero, como el Viñaverde, pionero de los blancos afrutados en Andalucía o el Finca La Cañada, el Verdejo de Albarizas que ahora reposa sobre sus lías finas, antes del envasado.
Pero del Lagar de La Cañada también surge el Fresquito, el vino de tinaja que verá la luz pasada la primavera, "cuando haya recibido la impronta de estos meses, bajo la flor que se forma en la superficie en los conos; o el G1, el espumoso fruto de un proyecto de I+D+i que también se elabora con uva Pedro Ximénez de esas albarizas.
Junto con el Fresquito Vino de Pasto –un vino de calidad, con crianzas más cortas, marcado por su identidad y su conexión con su territorio de origen y destinado, fundamentalmente, a un consumo cotidiano–, Adela Córdoba aludió en su Salutación al Corredera, "el fino más vendido en España"; a la gama Gran Barquero, "patrimonio enológico de Andalucía"; y, cómo no, al 1905 Amontillado Solera Fundacional que, el pasado mes de octubre, volvió a situarse en el Olimpo de los vinos, después de que Robert Parker, considerado el crítico enológico más influyente del mundo, lo volviese a valorar con 100 puntos, la máxima calificación.
Durante la jornada de ayer, los integrantes de la Cofradía de la Viña y el Vino –que desde su fundación en 1990 han demostrado su compromiso con la promoción y con la defensa de los vinos que se elaboran en la zona Montilla-Moriles– tuvieron ocasión de "saludar" el vino nuevo de la Bodega "El Ciervo", que previamente fue bendecido por el capellán de la Cofradía de la Viña y el Vino, el sacerdote montillano Antonio Ramírez Climent, párroco de San Sebastián y pregonero de la Semana Santa de Montilla en 1987, que se sumó oficialmente al colectivo el pasado año, durante un ceremonia que tuvo lugar en la Casa del Inca Garcilaso.
En esta ocasión, el simbólico acto que la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla hace coincidir con la festividad de los Santos Inocentes, estuvo oficiado por Gonzalo Córdoba Ruz, CEO del Grupo Pérez Barquero, y por su hermana Adela Córdoba Ruz, responsable de Marketing, quienes contaron con un presentador de excepción: su padre, Rafael Córdoba García, presidente del Grupo Pérez Barquero y alcalde de Montilla entre 1975 y 1979.
Tras dar la bienvenida a todos los asistentes al acto –entre los que se encontraba Carmen Calvo Poyato, presidenta del Consejo de Estado y Señora del Pago de la Cañada del Madroño–, el máximo responsable del Grupo Pérez Barquero repasó parte de su trayectoria vital, vinculada desde los 10 años de edad al mundo de la vid y el vino y, en especial, al Lagar de La Cañada, enclavado en la Zona de Calidad Superior de la DOP Montilla-Moriles, en el prestigioso Pago de Benavente Alto.
"Este mismo lagar, en tiempos de mi padre, era una almazara de aceite y aún conservamos, como elementos decorativos, el empiedro del antiguo molino y dos tinajitas de barro de las 65 que componían el mismo", rememoró Rafael Córdoba, quien destacó que de la primitiva bodega de conos que puso en marcha su padre han logrado pasar a unas modernas instalaciones con capacidad para albergar más de 2,1 millones de litros de vino.
Durante su brillante alocución, Rafael Córdoba volvió a demostrar ayer que sigue atesorando, a sus 83 años de edad, una capacidad prodigiosa para analizar la situación del sector del vino y para rememorar la "época dorada" del marco Montilla-Moriles –la década de los sesenta–, cuando la Sierra de Montilla albergaba más de cuarenta lagares en pleno funcionamiento dentro de su demarcación tradicional, entre el arroyo Benavente y el conocido por "Los Pueblas", que delimita el término municipal con Cabra.
"Eran fincas, con sus correspondientes caseros, en las que los respectivos propietarios pasábamos una larga temporada, desde junio hasta que terminaba la recolección de la uva que, por entonces, solía ser en octubre", comentó Rafael Córdoba, quien detalló que "había hasta una estudiantina o miniorquesta que animaba las veladas periódicas que solían celebrarse en los distintos lagares", además de dos capillas para la misa de los domingos: una junto al Lagar del Pozo y otra en La Inglesa.
Tras las correspondientes presentaciones, tomaron el relevo en el atril los hermanos Gonzalo (cofrade Albero) y Adela Córdoba (cofrade Floración), quienes coincidieron en dedicar unas palabras de reconocimiento a la trayectoria vital y profesional de su padre que, el pasado año, recibió el reconocimiento de la Fiesta de la Vendimia de Montilla durante el transcurso de un acto que tuvo lugar en el Patio de La Marquesina de Bodegas Pérez Barquero.
"La salutación es una oportunidad de manifestar mi aprecio, es decir, mi cariño y admiración por este maravilloso mundo, al que unos han llegado por vocación y otros por nacimiento, hasta formar una gran familia que vive para defenderlo", destacó Adela Córdoba quien, tras iniciarse en la vida laboral en Amadeus Madrid, en el departamento de Agencias de Viaje Multinacionales, trabajó durante dos años para Amadeus Londres con British Airways para, hace ya casi dos décadas, regresar a Montilla para integrarse en el Grupo Pérez Barquero, donde está al frente del Departamento de Marketing.
"El vino del Lagar de La Cañada es tan hijo como mis hermanos y yo de Rafael Córdoba: se desvive por él. Aquí, en la finca y Lagar de La Cañada, pago de Benavente Alto, cada vendimia encontraréis a nuestro padre en estado puro", confesó la menor de la saga Córdoba Ruz, quien resaltó de su progenitor su carácter "entusiasta, perfeccionista, apasionado, inteligente, con esa mezcla tan exitosa de la mejor actitud y muchas aptitudes y, lo mejor de todo, disfrutando".
Licenciada en Derecho –en la especialidad Jurídico-Comunitario– por la Universidad San Pablo CEU de Madrid y diplomada en Estudios Jurídicos y Económicos de la Unión Europea por la Universidad de La Sorbona de París, Adela Córdoba ofreció un detallado balance sobre las 163 hectáreas de viñedo con las que el Grupo Pérez Barquero cuenta en los mejores pagos de Calidad Superior de la zona Montilla-Moriles, como los lagares de Góngora y El Ciprés –en los que se cultiva la variedad Verdejo–, La Rentilla o, ya entre los términos municipales de Moriles, Lucena y Aguilar de la Frontera, La Hoja, sin olvidar Villa Adela y el Lagar de Tablada; La Casería de Cárdenas; El Cerro de Los Medinas; El Cerro del Gato; La Mambruna o los Llanos del Rincón.
Este exhaustivo recorrido por muchos de los pagos de la Zona de Calidad Superior del marco Montilla-Moriles permitió a la cofrade Floración repasar algunos de los vinos más emblemáticos del Grupo Pérez Barquero, como el Viñaverde, pionero de los blancos afrutados en Andalucía o el Finca La Cañada, el Verdejo de Albarizas que ahora reposa sobre sus lías finas, antes del envasado.
Pero del Lagar de La Cañada también surge el Fresquito, el vino de tinaja que verá la luz pasada la primavera, "cuando haya recibido la impronta de estos meses, bajo la flor que se forma en la superficie en los conos; o el G1, el espumoso fruto de un proyecto de I+D+i que también se elabora con uva Pedro Ximénez de esas albarizas.
Junto con el Fresquito Vino de Pasto –un vino de calidad, con crianzas más cortas, marcado por su identidad y su conexión con su territorio de origen y destinado, fundamentalmente, a un consumo cotidiano–, Adela Córdoba aludió en su Salutación al Corredera, "el fino más vendido en España"; a la gama Gran Barquero, "patrimonio enológico de Andalucía"; y, cómo no, al 1905 Amontillado Solera Fundacional que, el pasado mes de octubre, volvió a situarse en el Olimpo de los vinos, después de que Robert Parker, considerado el crítico enológico más influyente del mundo, lo volviese a valorar con 100 puntos, la máxima calificación.
Durante la jornada de ayer, los integrantes de la Cofradía de la Viña y el Vino –que desde su fundación en 1990 han demostrado su compromiso con la promoción y con la defensa de los vinos que se elaboran en la zona Montilla-Moriles– tuvieron ocasión de "saludar" el vino nuevo de la Bodega "El Ciervo", que previamente fue bendecido por el capellán de la Cofradía de la Viña y el Vino, el sacerdote montillano Antonio Ramírez Climent, párroco de San Sebastián y pregonero de la Semana Santa de Montilla en 1987, que se sumó oficialmente al colectivo el pasado año, durante un ceremonia que tuvo lugar en la Casa del Inca Garcilaso.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
