El Aula de Viticultura del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles ha alertado ya de las primeras manchas de mildiu en varias viñas del término municipal de Montemayor, situadas en el paraje de Las Arenas.
Según detalla el boletín que emite semanalmente la Agrupación de Producción Integrada (API), el aviso por la existencia de estas primeras manchas se registró hace más de una semana y ya ha sido verificado por el Departamento de Sanidad Vegetal de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en Córdoba, que estudia, además, otras manchas detectadas en la Sierra de Montilla.
Las copiosas lluvias registradas durante el pasado mes de marzo, y que sobrepasaron los 160 litros por metro cuadrado según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), habrían contribuido a la germinación de las esporas invernantes que originan las primeras manchas de mildiu.
"En esos días de lluvia, los pámpanos tenían en muchos pagos un tamaño de más de diez centímetros, de modo que las hojas estaban receptivas a la infección", detalla Ángela Portero, responsable del Aula de Viticultura, quien no descarta la aparición de nuevas manchas en los próximos días, a tenor de los cálculos del desarrollo teórico de esta epidemia vegetal.
"Es necesario tener las viñas protegidas por lo que es recomendable tratar inmediatamente el mildiu con penetrantes o sistémicos antes de que aparezcan las nuevas manchas y antes de las próximas lluvias previstas", insiste Ángela Portero, quien recuerda que una vez que se detecta la primera mancha, se debe evitar arrancar la hoja afectada de la cepa. "Lo mejor es alertar de inmediato al Departamento de Sanidad Vegetal, a través de los teléfonos 957 001 002, 957 001 666 y 957 001 654", recalca Portero, quien añade que también existe esta dirección de correo electrónico.
Tal y como ha vuelto a ocurrir este año, los agricultores de Montemayor son, por lo general, los primeros en dar la alerta de la presencia de esta epidemia vegetal, al contar con viñedos en terrenos arenosos, donde la brotación se produce de manera más temprana.
Conocido en otras regiones como añublo o mildeo, este hongo parásito originario de América puede ocasionar daños devastadores en todos los órganos de la planta si el clima le favorece. De esta forma, representa una de las enfermedades criptogámicas más peligrosas y de las más temidas por los viticultores porque, cuando la infección es grande, puede devastar toda la producción de una zona vitivinícola.
Una vez que se detecta la primera mancha, el Aula de Viticultura del Consejo Regulador da la voz de alarma y los viticultores empiezan a aplicar los tratamientos correspondientes, a base de productos penetrantes y sistémicos que actúan incluso cuando la enfermedad se ha hecho presente en la planta.
De esta forma, a los viñedos afectados se les pueden aplicar tratamientos a base de cobre que, además de ofrecer buenos resultados, tienen un coste relativamente bajo. No obstante, si la infección es mayor, es recomendable acudir a productos sistémicos, con lo que el tratamiento se encarece considerablemente.
Ángela Portero insiste en que "la detección precoz y su comunicación inmediata son beneficiosas para reducir costes y también para el medio ambiente, ya que se promueve una forma de producir más sostenible y se optimizan los tratamientos".
Para fomentar esta labor existen en la zona Montilla-Moriles los Premios Mildium "Pedro Cabezuelo", promovidos por la Fundación Caja Rural del Sur y convocados por primera vez en 1984, gracias a la iniciativa de Pedro Cabezuelo, jefe de la Sección de Protección de los Vegetales en Córdoba.
El programa dio sus primeros frutos entre 1989 y 1991, años en los que gracias a las denuncias de las primeras manchas y a la divulgación realizada por la propia Delegación de Agricultura en los medios de comunicación y en charlas directas a los agricultores, se consiguió detener la epidemia. Desde entonces, el nombre del promotor del concurso, Pedro Cabezuelo, ha ido unido a la convocatoria de estos galardones.
Según detalla el boletín que emite semanalmente la Agrupación de Producción Integrada (API), el aviso por la existencia de estas primeras manchas se registró hace más de una semana y ya ha sido verificado por el Departamento de Sanidad Vegetal de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en Córdoba, que estudia, además, otras manchas detectadas en la Sierra de Montilla.
Las copiosas lluvias registradas durante el pasado mes de marzo, y que sobrepasaron los 160 litros por metro cuadrado según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), habrían contribuido a la germinación de las esporas invernantes que originan las primeras manchas de mildiu.
"En esos días de lluvia, los pámpanos tenían en muchos pagos un tamaño de más de diez centímetros, de modo que las hojas estaban receptivas a la infección", detalla Ángela Portero, responsable del Aula de Viticultura, quien no descarta la aparición de nuevas manchas en los próximos días, a tenor de los cálculos del desarrollo teórico de esta epidemia vegetal.
"Es necesario tener las viñas protegidas por lo que es recomendable tratar inmediatamente el mildiu con penetrantes o sistémicos antes de que aparezcan las nuevas manchas y antes de las próximas lluvias previstas", insiste Ángela Portero, quien recuerda que una vez que se detecta la primera mancha, se debe evitar arrancar la hoja afectada de la cepa. "Lo mejor es alertar de inmediato al Departamento de Sanidad Vegetal, a través de los teléfonos 957 001 002, 957 001 666 y 957 001 654", recalca Portero, quien añade que también existe esta dirección de correo electrónico.
Tal y como ha vuelto a ocurrir este año, los agricultores de Montemayor son, por lo general, los primeros en dar la alerta de la presencia de esta epidemia vegetal, al contar con viñedos en terrenos arenosos, donde la brotación se produce de manera más temprana.
Conocido en otras regiones como añublo o mildeo, este hongo parásito originario de América puede ocasionar daños devastadores en todos los órganos de la planta si el clima le favorece. De esta forma, representa una de las enfermedades criptogámicas más peligrosas y de las más temidas por los viticultores porque, cuando la infección es grande, puede devastar toda la producción de una zona vitivinícola.
Una vez que se detecta la primera mancha, el Aula de Viticultura del Consejo Regulador da la voz de alarma y los viticultores empiezan a aplicar los tratamientos correspondientes, a base de productos penetrantes y sistémicos que actúan incluso cuando la enfermedad se ha hecho presente en la planta.
De esta forma, a los viñedos afectados se les pueden aplicar tratamientos a base de cobre que, además de ofrecer buenos resultados, tienen un coste relativamente bajo. No obstante, si la infección es mayor, es recomendable acudir a productos sistémicos, con lo que el tratamiento se encarece considerablemente.
Ángela Portero insiste en que "la detección precoz y su comunicación inmediata son beneficiosas para reducir costes y también para el medio ambiente, ya que se promueve una forma de producir más sostenible y se optimizan los tratamientos".
Para fomentar esta labor existen en la zona Montilla-Moriles los Premios Mildium "Pedro Cabezuelo", promovidos por la Fundación Caja Rural del Sur y convocados por primera vez en 1984, gracias a la iniciativa de Pedro Cabezuelo, jefe de la Sección de Protección de los Vegetales en Córdoba.
El programa dio sus primeros frutos entre 1989 y 1991, años en los que gracias a las denuncias de las primeras manchas y a la divulgación realizada por la propia Delegación de Agricultura en los medios de comunicación y en charlas directas a los agricultores, se consiguió detener la epidemia. Desde entonces, el nombre del promotor del concurso, Pedro Cabezuelo, ha ido unido a la convocatoria de estos galardones.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR (ARCHIVO)
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR (ARCHIVO)