El Centro con el que el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa) cuenta en la localidad cordobesa de Cabra acogerá a partir de mañana un curso de poda de la vid dirigido a viticultores y trabajadores agrícolas del marco Montilla-Moriles, así como a personas interesadas en adquirir conocimientos y destrezas para realizar esta importante tarea para el viñedo.
Desde el Aula de Viticultura del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles se ha recomendado, precisamente, retrasar la poda de la vid para aprovechar la acumulación de reservas que ayuden a la próxima brotación de las cepas y, de este modo, propiciar la recuperación de las plantas durante el otoño, tras un verano especialmente seco en el marco vitivinícola cordobés, en el que muchos viñedos acusan un evidente agotamiento por "estrés hídrico" o falta de agua.
Tal y como detalla la ingeniera agrónoma Ángela Portero, responsable del Aula de Viticultura del Consejo Regulador, uno de los mejores métodos para reducir las enfermedades que afectan a la madera de la cepa y, de este modo, "tener viñas más longevas" es comenzar la poda por aquellas vides que presenten yesca, una enfermedad parasitaria producida por hongos que penetran en la planta a través de sus partes leñosas.
De igual modo, el último boletín que emite semanalmente la Agrupación para el Tratamiento Integrado en Agricultura (Atria) insta a los viticultores de la zona Montilla-Moriles a evitar posibles focos de oídio o contaminaciones de otras enfermedades parasitarias eliminando los restos de poda de la parcela, pero siempre teniendo presente que "el picado y enterrado de los sarmientos no es una solución factible".
"Los sarmientos no deben quedar sobre el terreno, ni siquiera los del lineo de las espalderas, y tampoco enterrados, ya que esta práctica origina contaminaciones de enfermedades de la madera, así como oídio y araña amarilla", advirtió la responsable del Aula de Viticultura, quien recordó que las viñas nuevas deben podarse "al final de diciembre o en enero".
Igualmente, desde el Consejo Regulador recuerdan que la práctica tradicional del quemado de los sarmientos está actualmente prohibida y subrayan que, además, "no es muy apropiada, ya que emite CO2 a la atmósfera en lugar de dejar el carbono capturado en la materia orgánica del suelo".
Por ello, el Ifapa de Cabra está realizando ensayos para propiciar el compostaje de sarmientos, ya que las temperaturas de fermentación destruyen los microorganismos patógenos y se pueden incorporar al suelo del viñedo como abono orgánico sin riesgo de generar enfermedades de la madera.
Desde el Aula de Viticultura del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles se ha recomendado, precisamente, retrasar la poda de la vid para aprovechar la acumulación de reservas que ayuden a la próxima brotación de las cepas y, de este modo, propiciar la recuperación de las plantas durante el otoño, tras un verano especialmente seco en el marco vitivinícola cordobés, en el que muchos viñedos acusan un evidente agotamiento por "estrés hídrico" o falta de agua.
Tal y como detalla la ingeniera agrónoma Ángela Portero, responsable del Aula de Viticultura del Consejo Regulador, uno de los mejores métodos para reducir las enfermedades que afectan a la madera de la cepa y, de este modo, "tener viñas más longevas" es comenzar la poda por aquellas vides que presenten yesca, una enfermedad parasitaria producida por hongos que penetran en la planta a través de sus partes leñosas.
De igual modo, el último boletín que emite semanalmente la Agrupación para el Tratamiento Integrado en Agricultura (Atria) insta a los viticultores de la zona Montilla-Moriles a evitar posibles focos de oídio o contaminaciones de otras enfermedades parasitarias eliminando los restos de poda de la parcela, pero siempre teniendo presente que "el picado y enterrado de los sarmientos no es una solución factible".
"Los sarmientos no deben quedar sobre el terreno, ni siquiera los del lineo de las espalderas, y tampoco enterrados, ya que esta práctica origina contaminaciones de enfermedades de la madera, así como oídio y araña amarilla", advirtió la responsable del Aula de Viticultura, quien recordó que las viñas nuevas deben podarse "al final de diciembre o en enero".
Igualmente, desde el Consejo Regulador recuerdan que la práctica tradicional del quemado de los sarmientos está actualmente prohibida y subrayan que, además, "no es muy apropiada, ya que emite CO2 a la atmósfera en lugar de dejar el carbono capturado en la materia orgánica del suelo".
Por ello, el Ifapa de Cabra está realizando ensayos para propiciar el compostaje de sarmientos, ya que las temperaturas de fermentación destruyen los microorganismos patógenos y se pueden incorporar al suelo del viñedo como abono orgánico sin riesgo de generar enfermedades de la madera.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍA: J.P. BELLIDO