La Campiña cordobesa iniciará mañana la nueva temporada de caza tras decretarse medidas cinegéticas "excepcionales" en una veintena de municipios para controlar el exceso de las poblaciones de conejo silvestre y evitar así daños en cultivos e instalaciones agrícolas.
De este modo, el 14 de agosto comenzará la temporada de caza con el conejo y, una semana más tarde, arrancará la media veda, que se extenderá hasta el 25 de septiembre, durante la que se podrá cazar codornices, palomas y córvidos. Respecto a la tórtola común, seguirá prohibida su caza por segundo año consecutivo.
Las tres especies de palomas que se pueden cazar son la paloma torcaz, la paloma zurita y la paloma bravía. Se trata de un periodo de caza que, en opinión de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), tiene “mucho interés para el sector, ya que generará gran actividad en nuestras zonas rurales”, y que será la antesala del periodo general de caza, que irá del 9 de octubre al 1 de enero. En el periodo general, se podrán cazar otras especies como la perdiz roja, la liebre y el resto de las especies de caza menor, excluida la tórtola común.
Por su parte, la caza mayor se podrá practicar desde el 15 de octubre al 12 de febrero, pero los aguardos nocturnos de jabalí comenzarán antes, en concreto, desde el 8 de agosto hasta el 13 de febrero. Todos los días de la semana se podrá practicar esta modalidad con el único requisito de tenerla debidamente contemplada en el Plan Técnico de Caza del coto en cuestión.
En este sentido, desde Asaja recuerdan que en esta temporada de caza existen dos especies para las que se ha declarado la emergencia por los daños que habitualmente causan. Por un lado, el jabalí, para el cual se considera toda la provincia cordobesa en emergencia; y por otro lado, el conejo, para el cual se han declarado en emergencia veinte municipios de la provincia.
En todos estos municipios –Aguilar de la Frontera, Baena, Benamejí, Bujalance, Cabra, Cañete de las Torres, La Carlota, Castro del Río, Fernán Núñez, Guadalcázar, Iznájar, Lucena, Montalbán de Córdoba, Montilla, Monturque, Moriles, Puente Genil, La Rambla, Santaella, y La Victoria– se dispondrá de medidas extraordinarias para poder cazar estas especies de forma más intensa y poder combatir los daños de forma eficaz.
Por ello, Asaja hace un llamamiento a “la importancia de cazar de forma responsable y ordenada, de cara a velar por el mantenimiento de las poblaciones de especies cinegéticas”, cumpliendo con la normativa vigente y respetando los cupos establecidos para los cazadores en estos días.
Así, se limita la caza de codorniz (diez por cazador y día), paloma torcaz (quince piezas por cazador y día durante la media veda y cincuenta piezas una vez comience el periodo general), conejo (tres piezas durante periodo hábil de noviembre), perdiz roja con reclamo (4 piezas por cazador y día), o zorzal (25 piezas por cazador y día), entre otros.
Por otro lado, Asaja recuerda que la caza es la "única herramienta legal" de la que se dispone para poder regular las poblaciones de fauna silvestre y mantenerlas en los niveles adecuados. "Especialmente en la caza mayor, gracias a la caza se evitan accidentes de tráfico por invasión de fauna mayor en las carreteras, se reduce el riesgo de transmisión de enfermedades a nuestra cabaña ganadera, y se combaten los daños agrícolas", sostienen.
De este modo, el 14 de agosto comenzará la temporada de caza con el conejo y, una semana más tarde, arrancará la media veda, que se extenderá hasta el 25 de septiembre, durante la que se podrá cazar codornices, palomas y córvidos. Respecto a la tórtola común, seguirá prohibida su caza por segundo año consecutivo.
Las tres especies de palomas que se pueden cazar son la paloma torcaz, la paloma zurita y la paloma bravía. Se trata de un periodo de caza que, en opinión de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), tiene “mucho interés para el sector, ya que generará gran actividad en nuestras zonas rurales”, y que será la antesala del periodo general de caza, que irá del 9 de octubre al 1 de enero. En el periodo general, se podrán cazar otras especies como la perdiz roja, la liebre y el resto de las especies de caza menor, excluida la tórtola común.
Por su parte, la caza mayor se podrá practicar desde el 15 de octubre al 12 de febrero, pero los aguardos nocturnos de jabalí comenzarán antes, en concreto, desde el 8 de agosto hasta el 13 de febrero. Todos los días de la semana se podrá practicar esta modalidad con el único requisito de tenerla debidamente contemplada en el Plan Técnico de Caza del coto en cuestión.
En este sentido, desde Asaja recuerdan que en esta temporada de caza existen dos especies para las que se ha declarado la emergencia por los daños que habitualmente causan. Por un lado, el jabalí, para el cual se considera toda la provincia cordobesa en emergencia; y por otro lado, el conejo, para el cual se han declarado en emergencia veinte municipios de la provincia.
En todos estos municipios –Aguilar de la Frontera, Baena, Benamejí, Bujalance, Cabra, Cañete de las Torres, La Carlota, Castro del Río, Fernán Núñez, Guadalcázar, Iznájar, Lucena, Montalbán de Córdoba, Montilla, Monturque, Moriles, Puente Genil, La Rambla, Santaella, y La Victoria– se dispondrá de medidas extraordinarias para poder cazar estas especies de forma más intensa y poder combatir los daños de forma eficaz.
Por ello, Asaja hace un llamamiento a “la importancia de cazar de forma responsable y ordenada, de cara a velar por el mantenimiento de las poblaciones de especies cinegéticas”, cumpliendo con la normativa vigente y respetando los cupos establecidos para los cazadores en estos días.
Así, se limita la caza de codorniz (diez por cazador y día), paloma torcaz (quince piezas por cazador y día durante la media veda y cincuenta piezas una vez comience el periodo general), conejo (tres piezas durante periodo hábil de noviembre), perdiz roja con reclamo (4 piezas por cazador y día), o zorzal (25 piezas por cazador y día), entre otros.
Por otro lado, Asaja recuerda que la caza es la "única herramienta legal" de la que se dispone para poder regular las poblaciones de fauna silvestre y mantenerlas en los niveles adecuados. "Especialmente en la caza mayor, gracias a la caza se evitan accidentes de tráfico por invasión de fauna mayor en las carreteras, se reduce el riesgo de transmisión de enfermedades a nuestra cabaña ganadera, y se combaten los daños agrícolas", sostienen.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL