La radio está entrando en los centros educativos y, si la miman un poco, ha llegado para quedarse, porque es una herramienta educativa de garantías y ofrece un gran número de oportunidades para el aprendizaje de los alumnos. Tanto es así que la Universidad de Almería creó en 2021 la Red de Radios Escolares para darle cobertura, apoyo y formación a los docentes que están dedicando su tiempo, y su esfuerzo, para sacar estas pequeñas emisoras adelante.
Además, esta Red tiene como objetivo establecer vínculos colaborativos entre los centros y darle visibilidad al trabajo que hacen los alumnos, posibilitando que sus podcasts lleguen a un público mayor. Aunque en estos programas lo importante no son las audiencias –y, si me apuran, ni siquiera el producto final–, sino el proceso educativo, las habilidades, los valores, las aptitudes, las actitudes y las competencias adquiridas por los alumnos, sin olvidarnos del orgullo y la motivación de que valoren tu trabajo y de tener la oportunidad de ofrecerlo al mundo.
Con permiso del resto de centros escolares que llevan varios años apostando por la radio, utilizo el ejemplo del CEIP La Canal de Vícar que, este curso, ha puesto en marcha el Taller de Radio y Educación Ambiental: Radio La Canal. Ha sido gracias al programa Impulsa de la Junta de Andalucía, del Ministerio de Educación y del Fondo Social Europeo. Este programa está dirigido a los centros educativos que se encuentran en zonas Eracis, donde se registran situaciones graves de exclusión social.
Es un centro pequeño, de una sola línea y casi la totalidad de los alumnos son de origen magrebí, que viven en las barriadas que hay diseminadas entre invernaderos por el municipio de Vícar. Muchos de ellos, a pesar de haber nacido en España, no hablan bien el español, por lo que la radio se ha convertido en una herramienta para trabajar la oralidad, la comunicación, la escritura, la escucha, la creatividad, la improvisación, la colaboración, el trabajo en equipo, las emociones, el diálogo, la responsabilidad y la autoestima.
Hacer un programa de radio no es sentarse delante de los micrófonos a improvisar una conversación, sino que necesita de un gran trabajo previo de toma de decisiones. Decidir de forma conjunta sobre qué contenidos se trabaja ya es importante, pero luego necesita el tiempo pausado para planificar y elaborar el guion que les ayudará a la hora de grabar.
Y tras la grabación viene el momento de la edición, del montaje final que llegará al público. Un largo proceso que, de manera entretenida, sin apenas darse cuenta, está posibilitando al alumnado aplicar lo aprendido en las aulas.
Montar un pequeño estudio no es complicado gracias a los adelantos tecnológicos. Si me apuran, con un móvil, un micrófono y un programa de edición se pueden hacer audios muy profesionales. Por supuesto que si se dispone de una pequeña sala insonorizada y con buenos equipos de grabación, los resultados son mucho mejores. Pero, insisto, cuando escuchen un programa de radio escolar no se queden en lo superficial, en si el sonido es bueno o no: evalúenlo por todo ese trabajo que han realizado los alumnos y los profesores para poder ofrecerlo.
Estos chavales de Vícar, desde 3º de Primaria hasta 2º de la ESO, han realizado programas sobre los cetáceos y las tortugas marinas del Mar de Alborán; sobre Punta Entinas Sabinar; sobre las Cuevas de Sorbas... Incluso se han presentado a un concurso para responder por qué necesitamos un bosque en la Sierra de Gádor.
Han contado los cuentos que prepararon para el Día del Libro; han hablado del Día de Andalucía y han cantado su himno; han entrevistado al alcalde de Vícar; han creado sus propios programas de radiofórmula para sus excursiones;, han debatido sobre los elementos que pondrían en su cole nuevo; han grabado cuñas solidarias sobre reciclaje, machismo, o comportamiento. Y, para despedirse del taller, han hablado sobre qué harán durante sus vacaciones.
Han grabado en su pequeño estudio improvisado, en el patio del colegio, en su propia clase y, gracias a ese trabajo invisible de colaboración entre el Ayuntamiento y los centros escolares, han conectado con el programa de Cuerpos Especiales a nivel nacional.
Quizás ninguno salga locutor de radio, pero ese no es el objetivo: lo primordial es el proceso, las emociones vividas, el conocimiento adquirido, las habilidades de comunicación que pueden facilitarle su vida, las que pueden cambiar el mundo. Enhorabuena a todos los que hacen posible que un programa de radio escolar llegue a nuestras casas.
Además, esta Red tiene como objetivo establecer vínculos colaborativos entre los centros y darle visibilidad al trabajo que hacen los alumnos, posibilitando que sus podcasts lleguen a un público mayor. Aunque en estos programas lo importante no son las audiencias –y, si me apuran, ni siquiera el producto final–, sino el proceso educativo, las habilidades, los valores, las aptitudes, las actitudes y las competencias adquiridas por los alumnos, sin olvidarnos del orgullo y la motivación de que valoren tu trabajo y de tener la oportunidad de ofrecerlo al mundo.
Con permiso del resto de centros escolares que llevan varios años apostando por la radio, utilizo el ejemplo del CEIP La Canal de Vícar que, este curso, ha puesto en marcha el Taller de Radio y Educación Ambiental: Radio La Canal. Ha sido gracias al programa Impulsa de la Junta de Andalucía, del Ministerio de Educación y del Fondo Social Europeo. Este programa está dirigido a los centros educativos que se encuentran en zonas Eracis, donde se registran situaciones graves de exclusión social.
Es un centro pequeño, de una sola línea y casi la totalidad de los alumnos son de origen magrebí, que viven en las barriadas que hay diseminadas entre invernaderos por el municipio de Vícar. Muchos de ellos, a pesar de haber nacido en España, no hablan bien el español, por lo que la radio se ha convertido en una herramienta para trabajar la oralidad, la comunicación, la escritura, la escucha, la creatividad, la improvisación, la colaboración, el trabajo en equipo, las emociones, el diálogo, la responsabilidad y la autoestima.
Hacer un programa de radio no es sentarse delante de los micrófonos a improvisar una conversación, sino que necesita de un gran trabajo previo de toma de decisiones. Decidir de forma conjunta sobre qué contenidos se trabaja ya es importante, pero luego necesita el tiempo pausado para planificar y elaborar el guion que les ayudará a la hora de grabar.
Y tras la grabación viene el momento de la edición, del montaje final que llegará al público. Un largo proceso que, de manera entretenida, sin apenas darse cuenta, está posibilitando al alumnado aplicar lo aprendido en las aulas.
Montar un pequeño estudio no es complicado gracias a los adelantos tecnológicos. Si me apuran, con un móvil, un micrófono y un programa de edición se pueden hacer audios muy profesionales. Por supuesto que si se dispone de una pequeña sala insonorizada y con buenos equipos de grabación, los resultados son mucho mejores. Pero, insisto, cuando escuchen un programa de radio escolar no se queden en lo superficial, en si el sonido es bueno o no: evalúenlo por todo ese trabajo que han realizado los alumnos y los profesores para poder ofrecerlo.
Estos chavales de Vícar, desde 3º de Primaria hasta 2º de la ESO, han realizado programas sobre los cetáceos y las tortugas marinas del Mar de Alborán; sobre Punta Entinas Sabinar; sobre las Cuevas de Sorbas... Incluso se han presentado a un concurso para responder por qué necesitamos un bosque en la Sierra de Gádor.
Han contado los cuentos que prepararon para el Día del Libro; han hablado del Día de Andalucía y han cantado su himno; han entrevistado al alcalde de Vícar; han creado sus propios programas de radiofórmula para sus excursiones;, han debatido sobre los elementos que pondrían en su cole nuevo; han grabado cuñas solidarias sobre reciclaje, machismo, o comportamiento. Y, para despedirse del taller, han hablado sobre qué harán durante sus vacaciones.
Han grabado en su pequeño estudio improvisado, en el patio del colegio, en su propia clase y, gracias a ese trabajo invisible de colaboración entre el Ayuntamiento y los centros escolares, han conectado con el programa de Cuerpos Especiales a nivel nacional.
Quizás ninguno salga locutor de radio, pero ese no es el objetivo: lo primordial es el proceso, las emociones vividas, el conocimiento adquirido, las habilidades de comunicación que pueden facilitarle su vida, las que pueden cambiar el mundo. Enhorabuena a todos los que hacen posible que un programa de radio escolar llegue a nuestras casas.
MOI PALMERO
FOTOGRAFÍA: MOI PALMERO
FOTOGRAFÍA: MOI PALMERO