La pandemia del coronavirus ha provocado una drástica caída en las ventas de vino del marco Montilla-Moriles como consecuencia del cierre de hoteles, restaurantes y cafeterías –el conocido como canal Horeca–. Una situación que, pese a la relajación de las limitaciones tras los meses de estricto confinamiento, se mantiene sin demasiados cambios, tal y como se desprende de un informe publicado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles.
De este modo, las bodegas, lagares y cooperativas del marco vitivinícola cordobés comercializaron a lo largo del pasado año un total de 12,24 millones de litros de vino, lo que supone una caída del 13,4 por ciento con respecto a 2020, cuando se llegaron a comercializar 14,13 millones de litros de vino. Ya entonces, las restricciones que entraron en vigor a partir del 14 de marzo de 2020 provocaron una caída de algo más de nueve puntos en la comercialización de estos productos con respecto al ejercicio anterior.
Unas cifras que no deberían sorprender si se tiene en cuenta que, tal y como reconocen desde el propio Consejo Regulador, la comercialización del sector vitivinícola cordobés depende en un 73 por ciento de las ventas en hoteles, restaurantes y cafeterías de ámbito nacional, mientras que el 27 por ciento restante está vinculado, principalmente, a la distribución y a la exportación, aunque también de forma mayoritaria con destino al sector Horeca.
Con todo, las cifras de comercialización de los vinos de la DOP Montilla-Moriles también arrojan datos positivos en lo que se refiere al modo de comercialización de los mismos pues, si bien la venta a granel sigue siendo la modalidad mayoritaria –especialmente la dirigida al mercado nacional–, el vino embotellado gana terreno tanto en los mercados nacionales como en los internacionales.
De esta forma, si en 2019 solo el 23 por ciento del vino comercializado a nivel nacional lo hacía en botella, en los últimos dos años ha supuesto el 24,26 y el 23,38 por ciento, respectivamente. Mientras tanto, en el caso de la exportación, los vinos embotellados han dado un salto cuantitativo muy significativo, representando el 48,2 por ciento de las exportaciones de 2021, frente al 32,86 por ciento que se registraba antes de la pandemia.
En este sentido, el gerente del Consejo Regulador, Enrique Garrido, indicó a Andalucía Digital que la mejora de la comercialización, tanto en el mercado internacional como en el nacional, es uno de los "grandes retos de futuro" para el sector. En este sentido, Garrido destacó que el apoyo al comercio exterior e interior seguirá siendo una de las principales líneas de trabajo, especialmente en el caso del vino envasado, "porque es el que genera más valor añadido" y, por tanto, ayuda a "dinamizar la economía".
Producción y comercialización, en equilibrio
La caída de la comercialización registrada a lo largo de los últimos dos años no ha supuesto, sin embargo, un aumento de excedentes significativo para el sector vitivinícola cordobés pues, de forma paralela a esta caída en los mercados, se ha venido registrando un descenso de la producción como consecuencia de las duras condiciones climáticas de las últimas campañas y del paulatino arranque de viñedos.
Con todo, el gerente del Consejo Regulador reconoció que, de mantenerse esta tendencia, "la demanda y la producción se nivelarán", hasta el punto de hacer desaparecer los excedentes. "Es una producción que se acerca a los niveles de comercialización, lo que hace que el mercado se esté tensionando", aseguró Garrido, quien apuntó que, si bien esa "tensión" en los mercados favorecería un incremento en el precio del vino y de la uva, existe "margen para la estabilización" en próximas campañas.
De este modo, las bodegas, lagares y cooperativas del marco vitivinícola cordobés comercializaron a lo largo del pasado año un total de 12,24 millones de litros de vino, lo que supone una caída del 13,4 por ciento con respecto a 2020, cuando se llegaron a comercializar 14,13 millones de litros de vino. Ya entonces, las restricciones que entraron en vigor a partir del 14 de marzo de 2020 provocaron una caída de algo más de nueve puntos en la comercialización de estos productos con respecto al ejercicio anterior.
Unas cifras que no deberían sorprender si se tiene en cuenta que, tal y como reconocen desde el propio Consejo Regulador, la comercialización del sector vitivinícola cordobés depende en un 73 por ciento de las ventas en hoteles, restaurantes y cafeterías de ámbito nacional, mientras que el 27 por ciento restante está vinculado, principalmente, a la distribución y a la exportación, aunque también de forma mayoritaria con destino al sector Horeca.
Con todo, las cifras de comercialización de los vinos de la DOP Montilla-Moriles también arrojan datos positivos en lo que se refiere al modo de comercialización de los mismos pues, si bien la venta a granel sigue siendo la modalidad mayoritaria –especialmente la dirigida al mercado nacional–, el vino embotellado gana terreno tanto en los mercados nacionales como en los internacionales.
De esta forma, si en 2019 solo el 23 por ciento del vino comercializado a nivel nacional lo hacía en botella, en los últimos dos años ha supuesto el 24,26 y el 23,38 por ciento, respectivamente. Mientras tanto, en el caso de la exportación, los vinos embotellados han dado un salto cuantitativo muy significativo, representando el 48,2 por ciento de las exportaciones de 2021, frente al 32,86 por ciento que se registraba antes de la pandemia.
En este sentido, el gerente del Consejo Regulador, Enrique Garrido, indicó a Andalucía Digital que la mejora de la comercialización, tanto en el mercado internacional como en el nacional, es uno de los "grandes retos de futuro" para el sector. En este sentido, Garrido destacó que el apoyo al comercio exterior e interior seguirá siendo una de las principales líneas de trabajo, especialmente en el caso del vino envasado, "porque es el que genera más valor añadido" y, por tanto, ayuda a "dinamizar la economía".
Producción y comercialización, en equilibrio
La caída de la comercialización registrada a lo largo de los últimos dos años no ha supuesto, sin embargo, un aumento de excedentes significativo para el sector vitivinícola cordobés pues, de forma paralela a esta caída en los mercados, se ha venido registrando un descenso de la producción como consecuencia de las duras condiciones climáticas de las últimas campañas y del paulatino arranque de viñedos.
Con todo, el gerente del Consejo Regulador reconoció que, de mantenerse esta tendencia, "la demanda y la producción se nivelarán", hasta el punto de hacer desaparecer los excedentes. "Es una producción que se acerca a los niveles de comercialización, lo que hace que el mercado se esté tensionando", aseguró Garrido, quien apuntó que, si bien esa "tensión" en los mercados favorecería un incremento en el precio del vino y de la uva, existe "margen para la estabilización" en próximas campañas.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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