Hay muchas Españas vacías, mucho territorio vaciado de población y edificios vacíos y sin uso de ayuntamientos, diputaciones, autonomías y Gobierno de España. El problema es grave porque implica recursos desaprovechados, deterioro de unos bienes públicos que se pagan con el dinero de los impuestos y, en definitiva, despilfarro al no utilizar o reutilizar unos inmuebles que pueden ahorrar muchos alquileres o nuevas construcciones.
Cuartel de Artillería abandonado y en desuso, a las afueras de Sevilla.
La existencia de este patrimonio fantasma suele plantearse periódicamente por la oposición en los ayuntamientos de capitales de provincia como un argumento contra la falta de iniciativa de las administraciones locales en esta materia. Ayuntamientos como el de Sevilla, por ejemplo, han elaborado censos de edificios vacíos de titularidad municipal y elaborado normativas para su cesión a entidades sociales que permitan su correcto aprovechamiento por la comunidad.
El Ayuntamiento de Córdoba tenía a finales de 2019 más de veinte edificios vacíos sin uso definido y su Área de Gestión estaba realizando un inventario antes de decidir el futuro de cada uno de ellos, según afirmó el concejal de Ciudadanos, Antonio Álvarez. En Lucena, a finales de 2020, el Ayuntamiento encargó a una empresa externa un estudio para evaluar qué hacer con los inmuebles que tenía sin uso, que iban desde edificios históricos a proyectos fallidos de construcción reciente.
Solo contabilizando el patrimonio municipal sin uso en las principales ciudades andaluzas sale un censo por encima del centenar de construcciones de muy diverso tipo. En febrero de 2021, Ganemos Jerez apremiaba a su Ayuntamiento a recuperar los inmuebles vacíos en el centro para darles uso y poner freno a la despoblación.
El problema denunciado tiene soluciones y modelos de buenas prácticas que pueden servir de referencia para una reutilización con rentabilidad social. Uno de los ejemplos más recientes en Andalucía está en el municipio sevillano de San Juan de Aznalfarache, donde su Ayuntamiento ha cedido por veinte años el antiguo Cine Loreto del Barrio del Monumento a la Fundación para el Desarrollo Tecnológico, Sostenible y Circular (Funddatec) para su sede central.
Sede de Funddatec, en un edificio cedido por el Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache (Sevilla).
El edificio cedido en San Juan fue rehabilitado hace una década con fondos europeos para Taller de Empleo, pero la crisis económica y el recorte en los cursos de formación lo dejaron cerrado y sin uso hasta su reapertura en octubre de 2021. Desde entonces hasta la fecha, la sede de Funddatec se ha convertido en un activo centro cultural con espacios para exposiciones, un aula de Informática, un auditorio, un salón multiusos y varias salas de reuniones.
En su interior funcionan una cátedra de Flamenco, proyectos como Orquestas Inclusivas y Mayores Digitales, ImpactArte (Muestra Internacional de Arte con Impacto de Género), un espacio formativo de la Fundación Samu y actividades puntuales de asociaciones y entidades culturales del municipio, de la comarca del Aljarafe y de Sevilla.
La colaboración público-privada puede servir con imaginación y creatividad para innovar socialmente y encontrar fórmulas que rescaten del olvido y de una más que previsible ruina a centenares de edificios y que estos se conviertan en ejes dinamizadores de barrios y pueblos.
La existencia de este patrimonio fantasma suele plantearse periódicamente por la oposición en los ayuntamientos de capitales de provincia como un argumento contra la falta de iniciativa de las administraciones locales en esta materia. Ayuntamientos como el de Sevilla, por ejemplo, han elaborado censos de edificios vacíos de titularidad municipal y elaborado normativas para su cesión a entidades sociales que permitan su correcto aprovechamiento por la comunidad.
El Ayuntamiento de Córdoba tenía a finales de 2019 más de veinte edificios vacíos sin uso definido y su Área de Gestión estaba realizando un inventario antes de decidir el futuro de cada uno de ellos, según afirmó el concejal de Ciudadanos, Antonio Álvarez. En Lucena, a finales de 2020, el Ayuntamiento encargó a una empresa externa un estudio para evaluar qué hacer con los inmuebles que tenía sin uso, que iban desde edificios históricos a proyectos fallidos de construcción reciente.
Solo contabilizando el patrimonio municipal sin uso en las principales ciudades andaluzas sale un censo por encima del centenar de construcciones de muy diverso tipo. En febrero de 2021, Ganemos Jerez apremiaba a su Ayuntamiento a recuperar los inmuebles vacíos en el centro para darles uso y poner freno a la despoblación.
El problema denunciado tiene soluciones y modelos de buenas prácticas que pueden servir de referencia para una reutilización con rentabilidad social. Uno de los ejemplos más recientes en Andalucía está en el municipio sevillano de San Juan de Aznalfarache, donde su Ayuntamiento ha cedido por veinte años el antiguo Cine Loreto del Barrio del Monumento a la Fundación para el Desarrollo Tecnológico, Sostenible y Circular (Funddatec) para su sede central.
El edificio cedido en San Juan fue rehabilitado hace una década con fondos europeos para Taller de Empleo, pero la crisis económica y el recorte en los cursos de formación lo dejaron cerrado y sin uso hasta su reapertura en octubre de 2021. Desde entonces hasta la fecha, la sede de Funddatec se ha convertido en un activo centro cultural con espacios para exposiciones, un aula de Informática, un auditorio, un salón multiusos y varias salas de reuniones.
En su interior funcionan una cátedra de Flamenco, proyectos como Orquestas Inclusivas y Mayores Digitales, ImpactArte (Muestra Internacional de Arte con Impacto de Género), un espacio formativo de la Fundación Samu y actividades puntuales de asociaciones y entidades culturales del municipio, de la comarca del Aljarafe y de Sevilla.
La colaboración público-privada puede servir con imaginación y creatividad para innovar socialmente y encontrar fórmulas que rescaten del olvido y de una más que previsible ruina a centenares de edificios y que estos se conviertan en ejes dinamizadores de barrios y pueblos.
ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN
FOTOGRAFÍAS: ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN
FOTOGRAFÍAS: ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN