Más de un centenar de familias cordobesas recibieron el pasado año el apoyo de Cruz Roja para hacer frente al pago de una o varias facturas de luz. No en vano, siguen siendo muchas las personas atendidas por la institución humanitaria que se enfrentan este invierno a la pobreza energética, es decir, que no pueden satisfacer una cantidad mínima de servicios de energía para cubrir sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud.
Para hacer frente a esta situación, Cruz Roja desarrolla diversos programas de emergencia social que tratan de dar respuesta a esa realidad y atienden a aquellas personas y familias en situación de extrema vulnerabilidad. Entre dichas acciones se encuentra el pago de suministros básicos del hogar, como la luz, el agua o el gas.
Así, la entidad –con financiación de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta, de ayuntamientos como el de Pozoblanco y fondos propios- ofreció ese apoyo durante el pasado año a un total de 181 familias de la provincia de Córdoba –en el marco del proyecto Intervención con personas en situación de extrema vulnerabilidad-, de las cuales 105 recibieron ayudas para abonar recibos de luz (220 pagos), 31 para facturas de gas o bombonas (39 pagos) y 45 para facturas de agua (69 pagos).
“Son muchas las familias cordobesas con verdaderas dificultades para cubrir necesidades tan básicas como son la luz, el agua o el gas de sus domicilios. A todas ellas tratamos de apoyarlas de dos modos: ayudándolas en el pago de las facturas cuando podemos, y ofreciéndoles consejos para mejorar el ahorro energético y la gestión de la economía doméstica”, explica Rafael Cobos, técnico provincial del programa de Extrema Vulnerabilidad de Cruz Roja.
Y es que destinar una tarde a hacer un menú semanal antes de ir a comprar, y aprovechar cada preparación para hacer varios platos puede suponer un ahorro en el carro de la compra, pero también en el consumo energético.
Ser más eficiente en todos los aspectos del día a día es objetivo de Cruz Roja, que a través de proyectos como Alimentación consciente o su área de conocimiento de Medio Ambiente busca que se lleve una alimentación adecuada, saludable, de proximidad y sostenible, y se reduzca la vulnerabilidad de las personas que no pueden hacer un uso eficiente de la energía por carecer de recursos económicos suficientes.
La pandemia ha empeorado la situación, y durante el pasado año el número de familias con dificultades para hacer frente a los recibos de la luz, el agua o el gas aumentó. Por eso, desde la institución humanitaria se insiste en la importancia, de cara a mejorar esta realidad, de gestos tan sencillos como cambiar un cazo convencional por la olla exprés, que permite ahorrar tiempo y energía; utilizar aquellas sartenes que tengan el mismo tamaño que el fogón; o usar tapas que aprovechen el calor.
Para hacer frente a esta situación, Cruz Roja desarrolla diversos programas de emergencia social que tratan de dar respuesta a esa realidad y atienden a aquellas personas y familias en situación de extrema vulnerabilidad. Entre dichas acciones se encuentra el pago de suministros básicos del hogar, como la luz, el agua o el gas.
Así, la entidad –con financiación de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta, de ayuntamientos como el de Pozoblanco y fondos propios- ofreció ese apoyo durante el pasado año a un total de 181 familias de la provincia de Córdoba –en el marco del proyecto Intervención con personas en situación de extrema vulnerabilidad-, de las cuales 105 recibieron ayudas para abonar recibos de luz (220 pagos), 31 para facturas de gas o bombonas (39 pagos) y 45 para facturas de agua (69 pagos).
“Son muchas las familias cordobesas con verdaderas dificultades para cubrir necesidades tan básicas como son la luz, el agua o el gas de sus domicilios. A todas ellas tratamos de apoyarlas de dos modos: ayudándolas en el pago de las facturas cuando podemos, y ofreciéndoles consejos para mejorar el ahorro energético y la gestión de la economía doméstica”, explica Rafael Cobos, técnico provincial del programa de Extrema Vulnerabilidad de Cruz Roja.
Y es que destinar una tarde a hacer un menú semanal antes de ir a comprar, y aprovechar cada preparación para hacer varios platos puede suponer un ahorro en el carro de la compra, pero también en el consumo energético.
Ser más eficiente en todos los aspectos del día a día es objetivo de Cruz Roja, que a través de proyectos como Alimentación consciente o su área de conocimiento de Medio Ambiente busca que se lleve una alimentación adecuada, saludable, de proximidad y sostenible, y se reduzca la vulnerabilidad de las personas que no pueden hacer un uso eficiente de la energía por carecer de recursos económicos suficientes.
La pandemia ha empeorado la situación, y durante el pasado año el número de familias con dificultades para hacer frente a los recibos de la luz, el agua o el gas aumentó. Por eso, desde la institución humanitaria se insiste en la importancia, de cara a mejorar esta realidad, de gestos tan sencillos como cambiar un cazo convencional por la olla exprés, que permite ahorrar tiempo y energía; utilizar aquellas sartenes que tengan el mismo tamaño que el fogón; o usar tapas que aprovechen el calor.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL