“Este libro es una auténtica ficción novelesca que conserva un trasfondo histórico, los personajes son totalmente inventados, los apellidos remiten a la zona geográfica donde se ubica la crónica, pero no están basados en personajes históricos”. Con esta breve nota pone fin Pepa Caro a su última publicación en la que reaparecen, en forma y contenido, algunos aspectos que desde hace algún tiempo se han convertido en elementos claves de su trayectoria como escritora.
Por una parte, la poeta –sin renunciar a serlo– deja paso a la narradora (recordemos su aún reciente El exilio de Zaynab, de 2017); por otra, incide nuevamente en su misión de rescatar de un seguro olvido a esas “mujeres sin historia”, del pasado remoto y reciente (también protagonistas tanto de esta obra citada como de sus poemarios Las calles de la lluvia, de 2010, y sobre todo Volver por las aceras sin memoria en 2018).
En este amplio margen entre lo que sucedió y lo que pudo haber sucedido (donde situaba Aristóteles la diferencia entre la Historia y la creación literaria; es decir, entre “lo verdadero” y “lo verosímil”) hay que colocar esta “ficción novelesca”, esta larga narración que nos ofrece ahora la autora arcense, estructurada en 54 breves capítulos que, aunque en gran parte de los casos funcionan perfectamente como relatos autónomos, se hallan hábilmente engarzados, de manera que se configuran en un todo unitario y coherente.
Ese trasfondo histórico de la obra así como los espacios en los que transcurre nos remiten a la alta Edad Media (entre los siglos XIII y XIV) y nos sitúan en esas poblaciones de frontera, centrada en la Villa de Archos –recién incorporada tras la Reconquista al Reino de Castilla– aunque con referencias a Bornos, Santa María del Puerto o Xerez.
Escrito en forma de crónica (género característico de la Edad Media), la autora nos va desvelando los entresijos de una saga familiar y su entorno, en la que cobra especial relevancia el amplio número de mujeres –de variada condición social y de caracteres muy diferentes–, auténticas protagonistas de la narración: frente al estereotipo del héroe, del guerrero masculino (tan habitual en las obras centradas en esta época), Pepa Caro dirige su mirada a esas mujeres invisibles para mostrarnos sus sentimientos, sus frustraciones, sus alegrías, sus esperanzas… En definitiva, su mundo, tan ignorado y tan valioso a la vez, para poder entender ciertos comportamientos y formas de vida de aquella etapa, pero también de la actualidad.
Será Catalina, que ha ingresado por propia voluntad en un convento de la ya Ciudad de Archos, quien legue a la posteridad unas notas sobre su linaje hasta que dos siglos después “uno de sus descendientes publique con esmero y alguna concesión a la fantasía la historia de los hombres que repoblaron la villa”.
Pero se trata, sin duda, de una historia incompleta, pues en ella no aparecen “… las pequeñas historias de esas sufridas mujeres que no aportaron nada de valor a las hazañas guerreras, nada reseñable en la lucha de frontera, frágiles o enérgicas, paridoras o monjas, educadoras, ignorantes o sabias, que yacen en el bajo fondo de partidas de bautismo o defunción, que fueron solo nombres, que fueron solo mujeres, mujeres sin historia”.
En esta obra la autora, como afirma acertadamente en su Prólogo el novelista Jesús Maeso de la Torre, “añade un lenguaje exquisito, una prosa selecta y un rico vocabulario”. Perfectamente ambientada, evocamos a través de estos relatos lo que pudo ser esa historia cotidiana –la “intrahistoria” unamuniana–.
Con el factor añadido de que lo que en su momento no hicieron los cronistas, lo hace ahora Pepa Caro con esta intensa narración en la que rescata a cada una de esas mujeres del anonimato en que siempre se las mantuvo para mostrarnos –al fin– que cada una de ellas tuvo una fecunda vida propia, tan digna de ser contada como la de sus padres, hermanos, esposos o señores. En esta obra ellas son las auténticas heroínas.
Ficha técnica
Título: El tiempo que llevamos dentro.
Autora: Pepa Caro Gamaza.
Edita: Ediciones En Huida (colección DRelato).
Ciudad: Sevilla.
Año: 2019.
ISBN: 978-84-17502-94-2
Por una parte, la poeta –sin renunciar a serlo– deja paso a la narradora (recordemos su aún reciente El exilio de Zaynab, de 2017); por otra, incide nuevamente en su misión de rescatar de un seguro olvido a esas “mujeres sin historia”, del pasado remoto y reciente (también protagonistas tanto de esta obra citada como de sus poemarios Las calles de la lluvia, de 2010, y sobre todo Volver por las aceras sin memoria en 2018).
En este amplio margen entre lo que sucedió y lo que pudo haber sucedido (donde situaba Aristóteles la diferencia entre la Historia y la creación literaria; es decir, entre “lo verdadero” y “lo verosímil”) hay que colocar esta “ficción novelesca”, esta larga narración que nos ofrece ahora la autora arcense, estructurada en 54 breves capítulos que, aunque en gran parte de los casos funcionan perfectamente como relatos autónomos, se hallan hábilmente engarzados, de manera que se configuran en un todo unitario y coherente.
Ese trasfondo histórico de la obra así como los espacios en los que transcurre nos remiten a la alta Edad Media (entre los siglos XIII y XIV) y nos sitúan en esas poblaciones de frontera, centrada en la Villa de Archos –recién incorporada tras la Reconquista al Reino de Castilla– aunque con referencias a Bornos, Santa María del Puerto o Xerez.
Escrito en forma de crónica (género característico de la Edad Media), la autora nos va desvelando los entresijos de una saga familiar y su entorno, en la que cobra especial relevancia el amplio número de mujeres –de variada condición social y de caracteres muy diferentes–, auténticas protagonistas de la narración: frente al estereotipo del héroe, del guerrero masculino (tan habitual en las obras centradas en esta época), Pepa Caro dirige su mirada a esas mujeres invisibles para mostrarnos sus sentimientos, sus frustraciones, sus alegrías, sus esperanzas… En definitiva, su mundo, tan ignorado y tan valioso a la vez, para poder entender ciertos comportamientos y formas de vida de aquella etapa, pero también de la actualidad.
Será Catalina, que ha ingresado por propia voluntad en un convento de la ya Ciudad de Archos, quien legue a la posteridad unas notas sobre su linaje hasta que dos siglos después “uno de sus descendientes publique con esmero y alguna concesión a la fantasía la historia de los hombres que repoblaron la villa”.
Pero se trata, sin duda, de una historia incompleta, pues en ella no aparecen “… las pequeñas historias de esas sufridas mujeres que no aportaron nada de valor a las hazañas guerreras, nada reseñable en la lucha de frontera, frágiles o enérgicas, paridoras o monjas, educadoras, ignorantes o sabias, que yacen en el bajo fondo de partidas de bautismo o defunción, que fueron solo nombres, que fueron solo mujeres, mujeres sin historia”.
En esta obra la autora, como afirma acertadamente en su Prólogo el novelista Jesús Maeso de la Torre, “añade un lenguaje exquisito, una prosa selecta y un rico vocabulario”. Perfectamente ambientada, evocamos a través de estos relatos lo que pudo ser esa historia cotidiana –la “intrahistoria” unamuniana–.
Con el factor añadido de que lo que en su momento no hicieron los cronistas, lo hace ahora Pepa Caro con esta intensa narración en la que rescata a cada una de esas mujeres del anonimato en que siempre se las mantuvo para mostrarnos –al fin– que cada una de ellas tuvo una fecunda vida propia, tan digna de ser contada como la de sus padres, hermanos, esposos o señores. En esta obra ellas son las auténticas heroínas.
Ficha técnica
Título: El tiempo que llevamos dentro.
Autora: Pepa Caro Gamaza.
Edita: Ediciones En Huida (colección DRelato).
Ciudad: Sevilla.
Año: 2019.
ISBN: 978-84-17502-94-2
MARÍA DEL CARMEN GARCÍA TEJERA