En la puerta de mi despacho en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Córdoba tengo pegada una pequeña lámina plastificada de El abrazo de Juan Genovés. De este modo, cualquier alumno que viene a visitarme tiene necesariamente que contemplar la alegórica obra de este gran pintor que representaba la petición de amnistía para los presos políticos, una vez muerto Francisco Franco. Ese era su significado original, aunque posteriormente se reinterpretó como el deseo de reconciliación entre los españoles ya acabada la dictadura.
Una vez que el alumno pasa, y antes de girar hacia la derecha del despacho donde me suelo colocar para trabajar, se encuentra de frente ante una reproducción enmarcada y colgada en la pared. Se trata de la figura, con rostro serio y mirada de medio perfil, de un joven que lleva por título El hombre del guante. Excelente retrato de Tiziano, uno de los grandes artistas italianos que formaron parte de la corte de pintores del rey Felipe II.
Siempre es aconsejable conocer la obra de este magnífico pintor, pero si le traigo en esta ocasión se debe a que el Museo del Prado ha tenido el acierto de llevar adelante una exposición temporal que, con el título de Pasiones mitológicas, nos muestra, aparte de lienzos de Velázquez, Rubens y Poussin, los seis de Tiziano que realizó por encargo de Felipe II, entre los años 1553 y 1562, y que el propio autor los denominó Poesías.
Son obras con fondo mitológico, dado que en el Renacimiento se volvió la mirada hacia la Grecia y la Roma clásicas, por lo que las mitologías de ambas culturas, que fascinaban a la nobleza europea de entonces, se reinterpretaron dentro de las artes pictóricas.
Dada la brevedad de este artículo, me parece que lo más oportuno es indicar cuáles fueron esas seis obras de Tiziano que él mismo tituló como Poesías, y mostrarlos con un breve comentario. Los cuadros, todos de gran formato, son las siguientes:
1. Venus y Adonis.
2. Dánae.
3. El rapto de Europa.
4. Diana y Acteón.
5. Diana y Calisto.
6. Perseo y Andrómeda.
Uno de los rasgos comunes de estos lienzos es la alta carga de erotismo que todos desprenden ante la mirada del espectador. En el caso de Venus y Adonis, basado en un fragmento de la Metamorfosis de Publio Ovidio Nasón, nos muestra el hermoso desnudo de Venus, representado de espaldas, y en el que la diosa, conocedora del destino fatal que tendrá Adonis, dado que Artemisa enviará un jabalí que lo matará con sus colmillos, intenta retenerlo e impedir su marcha. Una vez fallecido, Venus crea con su sangre la flor de la anémona, muy bella, pero de vida tan fugaz como la de su amado Adonis.
En esta obra, Tiziano acude al mito de Dánae, que ha sido encerrada en una sala del palacio por mandato de su padre el rey de Argos. La escena nos muestra a una hermosa joven, desnuda y recostada sobre la cama, rodeada de tejidos blancos y magentas, en el momento en que es tomada por el dios Zeus en forma de lluvia de oro. Contrastando con la plenitud de Dánae, aparece, de espaldas, la envejecida criada que la acompaña y que con su mandil va recogiendo las monedas de oro que caen del cielo en el que se muestra levemente el rostro de Zeus.
El mito de El rapto de Europa llevado a cabo por el dios romano Júpiter (o Zeus en la versión griega), aparte de Tiziano, fue también plasmado por otros pintores como Rembrandt, Martin de Vos e, incluso, por Fernando Botero, el pintor colombiano de personajes voluminosos. El lienzo de Tiziano, el más conocido de todos ellos, nos muestra a Júpiter en el momento que se disfraza de toro blanco para raptar a la princesa Europa, hija del rey de la ciudad fenicia de Sidón, con el fin de llevarla al continente que ahora porta su nombre.
El cuarto lienzo de las Poesías lleva por título Diana y Acteón. Se encuentra, compartido, en la Galería Nacional de Escocia y en la Galería Nacional de Londres, ya que su exhibición se alterna en ambas galerías cada cinco años. En este caso, Tiziano vuelve otra vez a la Metamorfosis del poeta romano Ovidio para mostrarnos el momento en el que Acteón, un diestro cazador, contempla la desnudez de Diana, diosa de la caza y de la naturaleza (en su versión griega será Artemisa), episodio que provocará la terrible venganza de la diosa por la osadía que ha tenido el cazador al penetrar en su intimidad.
Otra interpretación de la diosa Diana por parte de Tiziano es la que lleva por denominación Diana y Calisto. El segundo nombre, Calisto, puede inducir a confusión, dado que no se trata de un personaje masculino, sino que es el nombre de una de las doncellas de Diana. En el lienzo contemplamos a nueve mujeres desnudas, dado que la diosa, entristecida, está tomando el baño acompañada de sus doncellas, mientras que Calisto, que ha quedado embarazada de Júpiter, tiende los brazos hacia ella, ya que fue engañada por el dios al haberse disfrazado de la propia Diana. Y es que el amor entre personajes femeninos existía en la mitología greco-romana.
El sexto de los lienzos de Tiziano es el que lleva por título Perseo y Andrómeda. Puesto que las mitologías griega y romana son fuentes inagotables de relatos y de personajes, habría que decir que Perseo, un semidiós, era hijo de Zeus y de la mortal Dánae, al tiempo que Andrómeda, hija de reyes míticos de Etiopía, era la esposa de Perseo y la madre de sus siete hijos.
En la escena del pintor italiano vemos que Andrómeda se encuentra encadenada a un acantilado y a punto de ser atacada por un monstruo marino, por lo que Perseo, tras herir al monstruo, se aproxima volando al lugar en el que se encuentra su esposa.
Para cerrar esta rápida descripción de las denominadas seis Poesías de Tiziano, quisiera apuntar que la exposición Pasiones mitológicas que se exhibe en el Museo del Prado estará abierta hasta el 4 de julio de este año, por lo que para los amantes del arte y de la mitología es una buena ocasión para contemplar unos magníficos lienzos que se encuentran tanto en el museo de Madrid como en galerías de distintos países.
Una vez que el alumno pasa, y antes de girar hacia la derecha del despacho donde me suelo colocar para trabajar, se encuentra de frente ante una reproducción enmarcada y colgada en la pared. Se trata de la figura, con rostro serio y mirada de medio perfil, de un joven que lleva por título El hombre del guante. Excelente retrato de Tiziano, uno de los grandes artistas italianos que formaron parte de la corte de pintores del rey Felipe II.
Siempre es aconsejable conocer la obra de este magnífico pintor, pero si le traigo en esta ocasión se debe a que el Museo del Prado ha tenido el acierto de llevar adelante una exposición temporal que, con el título de Pasiones mitológicas, nos muestra, aparte de lienzos de Velázquez, Rubens y Poussin, los seis de Tiziano que realizó por encargo de Felipe II, entre los años 1553 y 1562, y que el propio autor los denominó Poesías.
Son obras con fondo mitológico, dado que en el Renacimiento se volvió la mirada hacia la Grecia y la Roma clásicas, por lo que las mitologías de ambas culturas, que fascinaban a la nobleza europea de entonces, se reinterpretaron dentro de las artes pictóricas.
Dada la brevedad de este artículo, me parece que lo más oportuno es indicar cuáles fueron esas seis obras de Tiziano que él mismo tituló como Poesías, y mostrarlos con un breve comentario. Los cuadros, todos de gran formato, son las siguientes:
1. Venus y Adonis.
2. Dánae.
3. El rapto de Europa.
4. Diana y Acteón.
5. Diana y Calisto.
6. Perseo y Andrómeda.
Uno de los rasgos comunes de estos lienzos es la alta carga de erotismo que todos desprenden ante la mirada del espectador. En el caso de Venus y Adonis, basado en un fragmento de la Metamorfosis de Publio Ovidio Nasón, nos muestra el hermoso desnudo de Venus, representado de espaldas, y en el que la diosa, conocedora del destino fatal que tendrá Adonis, dado que Artemisa enviará un jabalí que lo matará con sus colmillos, intenta retenerlo e impedir su marcha. Una vez fallecido, Venus crea con su sangre la flor de la anémona, muy bella, pero de vida tan fugaz como la de su amado Adonis.
En esta obra, Tiziano acude al mito de Dánae, que ha sido encerrada en una sala del palacio por mandato de su padre el rey de Argos. La escena nos muestra a una hermosa joven, desnuda y recostada sobre la cama, rodeada de tejidos blancos y magentas, en el momento en que es tomada por el dios Zeus en forma de lluvia de oro. Contrastando con la plenitud de Dánae, aparece, de espaldas, la envejecida criada que la acompaña y que con su mandil va recogiendo las monedas de oro que caen del cielo en el que se muestra levemente el rostro de Zeus.
El mito de El rapto de Europa llevado a cabo por el dios romano Júpiter (o Zeus en la versión griega), aparte de Tiziano, fue también plasmado por otros pintores como Rembrandt, Martin de Vos e, incluso, por Fernando Botero, el pintor colombiano de personajes voluminosos. El lienzo de Tiziano, el más conocido de todos ellos, nos muestra a Júpiter en el momento que se disfraza de toro blanco para raptar a la princesa Europa, hija del rey de la ciudad fenicia de Sidón, con el fin de llevarla al continente que ahora porta su nombre.
El cuarto lienzo de las Poesías lleva por título Diana y Acteón. Se encuentra, compartido, en la Galería Nacional de Escocia y en la Galería Nacional de Londres, ya que su exhibición se alterna en ambas galerías cada cinco años. En este caso, Tiziano vuelve otra vez a la Metamorfosis del poeta romano Ovidio para mostrarnos el momento en el que Acteón, un diestro cazador, contempla la desnudez de Diana, diosa de la caza y de la naturaleza (en su versión griega será Artemisa), episodio que provocará la terrible venganza de la diosa por la osadía que ha tenido el cazador al penetrar en su intimidad.
Otra interpretación de la diosa Diana por parte de Tiziano es la que lleva por denominación Diana y Calisto. El segundo nombre, Calisto, puede inducir a confusión, dado que no se trata de un personaje masculino, sino que es el nombre de una de las doncellas de Diana. En el lienzo contemplamos a nueve mujeres desnudas, dado que la diosa, entristecida, está tomando el baño acompañada de sus doncellas, mientras que Calisto, que ha quedado embarazada de Júpiter, tiende los brazos hacia ella, ya que fue engañada por el dios al haberse disfrazado de la propia Diana. Y es que el amor entre personajes femeninos existía en la mitología greco-romana.
El sexto de los lienzos de Tiziano es el que lleva por título Perseo y Andrómeda. Puesto que las mitologías griega y romana son fuentes inagotables de relatos y de personajes, habría que decir que Perseo, un semidiós, era hijo de Zeus y de la mortal Dánae, al tiempo que Andrómeda, hija de reyes míticos de Etiopía, era la esposa de Perseo y la madre de sus siete hijos.
En la escena del pintor italiano vemos que Andrómeda se encuentra encadenada a un acantilado y a punto de ser atacada por un monstruo marino, por lo que Perseo, tras herir al monstruo, se aproxima volando al lugar en el que se encuentra su esposa.
Para cerrar esta rápida descripción de las denominadas seis Poesías de Tiziano, quisiera apuntar que la exposición Pasiones mitológicas que se exhibe en el Museo del Prado estará abierta hasta el 4 de julio de este año, por lo que para los amantes del arte y de la mitología es una buena ocasión para contemplar unos magníficos lienzos que se encuentran tanto en el museo de Madrid como en galerías de distintos países.
AURELIANO SÁINZ