La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha mantenido una reunión con representantes del sector vitivinícola de toda Andalucía para analizar la situación generada por el Covid-19 y cómo ha afectado a la producción y a la comercialización. En el marco Montilla-Moriles, tal y como avanzó este periódico, la actividad ha descendido en un 80 por ciento, toda vez que las exportaciones de vinos a futuro y las actividades vinculadas al enoturismo están "completamente paralizadas", al igual que las ventas directas en bodega.
"Nuestro sector depende en un 73 por ciento de la comercialización en hoteles, restaurantes y cafeterías de ámbito nacional, mientras que el 27 por ciento restante está vinculado principalmente a la distribución y a la exportación, aunque también de forma mayoritaria con destino al sector Horeca", explicó a Andalucía Digital el presidente del Consejo Regulador, Javier Martín, quien detalló que apenas un 15 por ciento de las bodegas de la zona Montilla-Moriles –las de mayor renombre– tiene algo más diversificado su negocio. "La distribución en tiendas de alimentación y en grandes superficies les está salvando de una situación parecida a la que padecen las bodegas más pequeñas, dependientes del comercio de proximidad y de las ventas en Córdoba y provincia", aclaró.
Por todo ello, el Gobierno andaluz se ha comprometido a explorar la medida 5 del Programa de Desarrollo Rural (PDR), que hace referencia a la reconstrucción del potencial de producción agrícola dañado por desastres naturales y catástrofes e implantación de medidas preventivas adecuadas, para analizar la posibilidad de conceder algún tipo de ayuda al sector.
"Se trata de posibilitar las inversiones necesarias para restaurar el potencial de producción, por ello la consejería va a evaluar otros fondos europeos para buscar la vía de arbitrar ayudas de las que se puedan beneficiar los productores de vino", resaltan desde el Ejecutivo autonómico.
Fruto de este encuentro, Junta y representantes del sector vitivinícola han coincidido en la necesidad de que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación pida a Bruselas que retome el diálogo con Rusia para tratar de reabrir el mercado a los productos agroalimentarios europeos, como medida para paliar el impacto del coronavirus sobre el sector.
Y, sobre todo, que desde el Gobierno de España "se continúe presionando" a la Unión Europea (UE) para acabar con los aranceles intensificando las conversaciones diplomáticas, para solucionar los conflictos generados por el Brexit ahora más que nunca y para abrir mercados internacionales emergentes como el chino, todo ellos sin renunciar al principio de Preferencia Comunitaria para favorecer las producciones propias y potenciar la promoción.
La destilación como mecanismo de mercado
Por otro lado, desde la Consejería se va a responder a la consulta realizada por el ministro Luis Planas a las comunidades autónomas durante la última Conferencia Sectorial de Agricultura sobre el mecanismo de regulación de mercado preferente en el sector del vino. Andalucía se decanta por la destilación para su uso en los productos tradicionales como son los vinos fuertes, es decir, la destilación de alcohol para uso de boca, frente al corte en verde o el almacenamiento.
"Nuestro sector depende en un 73 por ciento de la comercialización en hoteles, restaurantes y cafeterías de ámbito nacional, mientras que el 27 por ciento restante está vinculado principalmente a la distribución y a la exportación, aunque también de forma mayoritaria con destino al sector Horeca", explicó a Andalucía Digital el presidente del Consejo Regulador, Javier Martín, quien detalló que apenas un 15 por ciento de las bodegas de la zona Montilla-Moriles –las de mayor renombre– tiene algo más diversificado su negocio. "La distribución en tiendas de alimentación y en grandes superficies les está salvando de una situación parecida a la que padecen las bodegas más pequeñas, dependientes del comercio de proximidad y de las ventas en Córdoba y provincia", aclaró.
Por todo ello, el Gobierno andaluz se ha comprometido a explorar la medida 5 del Programa de Desarrollo Rural (PDR), que hace referencia a la reconstrucción del potencial de producción agrícola dañado por desastres naturales y catástrofes e implantación de medidas preventivas adecuadas, para analizar la posibilidad de conceder algún tipo de ayuda al sector.
"Se trata de posibilitar las inversiones necesarias para restaurar el potencial de producción, por ello la consejería va a evaluar otros fondos europeos para buscar la vía de arbitrar ayudas de las que se puedan beneficiar los productores de vino", resaltan desde el Ejecutivo autonómico.
Fruto de este encuentro, Junta y representantes del sector vitivinícola han coincidido en la necesidad de que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación pida a Bruselas que retome el diálogo con Rusia para tratar de reabrir el mercado a los productos agroalimentarios europeos, como medida para paliar el impacto del coronavirus sobre el sector.
Y, sobre todo, que desde el Gobierno de España "se continúe presionando" a la Unión Europea (UE) para acabar con los aranceles intensificando las conversaciones diplomáticas, para solucionar los conflictos generados por el Brexit ahora más que nunca y para abrir mercados internacionales emergentes como el chino, todo ellos sin renunciar al principio de Preferencia Comunitaria para favorecer las producciones propias y potenciar la promoción.
La destilación como mecanismo de mercado
Por otro lado, desde la Consejería se va a responder a la consulta realizada por el ministro Luis Planas a las comunidades autónomas durante la última Conferencia Sectorial de Agricultura sobre el mecanismo de regulación de mercado preferente en el sector del vino. Andalucía se decanta por la destilación para su uso en los productos tradicionales como son los vinos fuertes, es decir, la destilación de alcohol para uso de boca, frente al corte en verde o el almacenamiento.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR