La paulatina pérdida de viñedo que afecta a la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles centró ayer parte de la reunión que mantuvo el Consejo Regulador con el delegado territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Francisco Zurera, y con el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, quienes abogaron por "asegurar la sostenibilidad del sector a corto plazo", favoreciendo la reestructuración de los viñedos más antiguos y fomentando el cultivo de nuevas vides.
En ese sentido, Zurera adelantó que se creará un "grupo de trabajo" para trasladar esta reivindicación del sector al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y a la Unión Europea, dado que en la actualidad, "muchos agricultores jóvenes no pueden plantar nuevos viñedos aunque lo deseen".
Los últimos datos facilitados por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural constatan que la DOP Montilla-Moriles cuenta en la actualidad con 4.890 hectáreas de vid repartidas entre los 17 municipios que forman parte del Consejo Regulador, una cifra muy alejada de las cerca de 23.000 hectáreas que se computaban a primeros de la pasada década de los ochenta o de las 17.000 que se contabilizaban en el marco vitivinícola cordobés al inicio de los noventa.
“El reto que nos hemos marcado entre todos es el de frenar el arranque de viñedo en Montilla-Moriles”, destacó Francisco Zurera, quien añadió que el marco vitivinícola cordobés “no se puede permitir la pérdida de más derechos de plantación ni de más cepas para asegurar el futuro del sector”.
"Montilla-Moriles ha tocado fondo y ahora debe ir creciendo por encima de esas 4.890 hectáreas, pero para eso existen trabas y dificultades que tenemos que salvar", reconoció el delegado territorial de Agricultura, quien defendió la necesidad de "garantizar la sostenibilidad del sector desde todos sus ámbitos: tanto para el viticultor, como para las bodegas y las cooperativas".
En similares términos se manifestó el presidente del Consejo Regulador, Javier Martín, quien reclamó la aplicación de alguna "solución administrativa" para aquellos agricultores que desean plantar nuevos viñedos en la comarca, dando así continuidad a un sector "fundamental" para la zona Montilla-Moriles.
"El hecho de que se quieran plantar viñas pone de manifiesto que los agricultores apuestan por el cultivo tradicional de la zona", subrayó Martín, quien hizo hincapié en que "las bodegas están haciendo un esfuerzo importante de promoción, lo que está permitiendo exportar a unos precios que hasta hace unos años eran imposibles".
Con respecto al balance de la última vendimia –que, como adelantó este periódico, cerró con un aforo final de 44 millones de kilos de uva blanca–, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, mostró su satisfacción por el incremento de producción en un 30 por ciento, lo que, a su juicio, "repercutirá directamente en la economía de la comarca". Según el primer edil montillano, "esta mayor producción es una muy buena noticia para todas las familias que viven de la vid y del vino".
En ese sentido, Zurera adelantó que se creará un "grupo de trabajo" para trasladar esta reivindicación del sector al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y a la Unión Europea, dado que en la actualidad, "muchos agricultores jóvenes no pueden plantar nuevos viñedos aunque lo deseen".
Los últimos datos facilitados por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural constatan que la DOP Montilla-Moriles cuenta en la actualidad con 4.890 hectáreas de vid repartidas entre los 17 municipios que forman parte del Consejo Regulador, una cifra muy alejada de las cerca de 23.000 hectáreas que se computaban a primeros de la pasada década de los ochenta o de las 17.000 que se contabilizaban en el marco vitivinícola cordobés al inicio de los noventa.
“El reto que nos hemos marcado entre todos es el de frenar el arranque de viñedo en Montilla-Moriles”, destacó Francisco Zurera, quien añadió que el marco vitivinícola cordobés “no se puede permitir la pérdida de más derechos de plantación ni de más cepas para asegurar el futuro del sector”.
"Montilla-Moriles ha tocado fondo y ahora debe ir creciendo por encima de esas 4.890 hectáreas, pero para eso existen trabas y dificultades que tenemos que salvar", reconoció el delegado territorial de Agricultura, quien defendió la necesidad de "garantizar la sostenibilidad del sector desde todos sus ámbitos: tanto para el viticultor, como para las bodegas y las cooperativas".
En similares términos se manifestó el presidente del Consejo Regulador, Javier Martín, quien reclamó la aplicación de alguna "solución administrativa" para aquellos agricultores que desean plantar nuevos viñedos en la comarca, dando así continuidad a un sector "fundamental" para la zona Montilla-Moriles.
"El hecho de que se quieran plantar viñas pone de manifiesto que los agricultores apuestan por el cultivo tradicional de la zona", subrayó Martín, quien hizo hincapié en que "las bodegas están haciendo un esfuerzo importante de promoción, lo que está permitiendo exportar a unos precios que hasta hace unos años eran imposibles".
Con respecto al balance de la última vendimia –que, como adelantó este periódico, cerró con un aforo final de 44 millones de kilos de uva blanca–, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, mostró su satisfacción por el incremento de producción en un 30 por ciento, lo que, a su juicio, "repercutirá directamente en la economía de la comarca". Según el primer edil montillano, "esta mayor producción es una muy buena noticia para todas las familias que viven de la vid y del vino".
J.P. BELLIDO / I. TÉLLEZ
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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