El Centro de Arte "Rafael Botí", dependiente de la Diputación de Córdoba, cuenta desde hace unos días con una sala permanente dedicada al pintor cordobés Rafael Botí, en la que pueden contemplarse 14 obras pictóricas del total de más de sesenta con las que cuenta en sus fondos la Fundación Provincial de Artes Plásticas.
Durante la presentación de esta sala, la delegada de Cultura en la Diputación, Marisa Ruz, explicó que con esta apertura “se cumple el compromiso adquirido con la familia Botí en el año 1998 de que la Diputación reconociese y difundiese la obra del pintor procurándole un espacio para su exposición”. Ruz apuntó que “vamos a ir presentando las obras del pintor en diferentes exposiciones a lo largo del año, poniendo también su obra en diálogo con otros autores”.
La diputada provincial recordó la trascendencia de la obra del pintor cordobés, “que ha estado en las mayores pinacotecas del país, como las de Sevilla, Bilbao, en el Reina Sofía y para nosotros era muy importante que estuviera de manera permanente en este centro porque es una manera de agradecer toda la generosidad que ha tenido con Córdoba”.
El hijo de Rafael Botí, Rafael Botí Torres, mostró su satisfacción e insistió en que “para la familia hoy es un día importante porque se ha conseguido que la obra de mi padre se quede en Córdoba y donde él quiso, en la Diputación”. Botí hijo anunció la intención de la familia de “seguir aportando obra para que la sala se vaya renovando”.
La exposición con la que se abre la sala permanente consta de 14 obras, de las que 5 o 6 son de rincones cordobeses que el pintor conoció en su juventud. Rafael Botí (Córdoba 1900- Madrid 1995) nació en Córdoba el 8 de agosto y estudió dibujo con Julio Romero de Torres y en la Escuela de Artes y Oficios cuando era director el gran escultor Mateo Inurria.
En 1917 se trasladó a Madrid e ingresó en el Conservatorio Superior de Música y en la Escuela de San Fernando de Bellas Artes. Desde 1918 asiste como discípulo al taller de Daniel Vázquez Díaz. Su primera exposición personal la celebra en Córdoba en 1923 y en 1925 la Diputación le concede una beca para ampliar estudios en Madrid; y en 1929 y 1931 le financia el alojamiento en París donde se deja influir por el ambiente del momento.
En los primeros días de la Guerra Civil se desplaza con su familia a Manzanares (Ciudad Real), donde ejerció como profesor de dibujo y bibliotecario. Posteriormente, se desplaza definitivamente a Madrid. Realizó un número importante de exposiciones individuales –Córdoba, Madrid, Bilbao, Salamanca, Barcelona, Sevilla, Huelva y Granada, entre otras– y colectivas tanto en España como en el extranjero.
Durante la presentación de esta sala, la delegada de Cultura en la Diputación, Marisa Ruz, explicó que con esta apertura “se cumple el compromiso adquirido con la familia Botí en el año 1998 de que la Diputación reconociese y difundiese la obra del pintor procurándole un espacio para su exposición”. Ruz apuntó que “vamos a ir presentando las obras del pintor en diferentes exposiciones a lo largo del año, poniendo también su obra en diálogo con otros autores”.
La diputada provincial recordó la trascendencia de la obra del pintor cordobés, “que ha estado en las mayores pinacotecas del país, como las de Sevilla, Bilbao, en el Reina Sofía y para nosotros era muy importante que estuviera de manera permanente en este centro porque es una manera de agradecer toda la generosidad que ha tenido con Córdoba”.
El hijo de Rafael Botí, Rafael Botí Torres, mostró su satisfacción e insistió en que “para la familia hoy es un día importante porque se ha conseguido que la obra de mi padre se quede en Córdoba y donde él quiso, en la Diputación”. Botí hijo anunció la intención de la familia de “seguir aportando obra para que la sala se vaya renovando”.
La exposición con la que se abre la sala permanente consta de 14 obras, de las que 5 o 6 son de rincones cordobeses que el pintor conoció en su juventud. Rafael Botí (Córdoba 1900- Madrid 1995) nació en Córdoba el 8 de agosto y estudió dibujo con Julio Romero de Torres y en la Escuela de Artes y Oficios cuando era director el gran escultor Mateo Inurria.
En 1917 se trasladó a Madrid e ingresó en el Conservatorio Superior de Música y en la Escuela de San Fernando de Bellas Artes. Desde 1918 asiste como discípulo al taller de Daniel Vázquez Díaz. Su primera exposición personal la celebra en Córdoba en 1923 y en 1925 la Diputación le concede una beca para ampliar estudios en Madrid; y en 1929 y 1931 le financia el alojamiento en París donde se deja influir por el ambiente del momento.
En los primeros días de la Guerra Civil se desplaza con su familia a Manzanares (Ciudad Real), donde ejerció como profesor de dibujo y bibliotecario. Posteriormente, se desplaza definitivamente a Madrid. Realizó un número importante de exposiciones individuales –Córdoba, Madrid, Bilbao, Salamanca, Barcelona, Sevilla, Huelva y Granada, entre otras– y colectivas tanto en España como en el extranjero.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL